Heredera divorciada Novela de Juliany Linares -
Chapter 40
Chapter 40
Incómodo momento.
Guardé silencio por unos segundos y miceño se frunció casi en automático, miré a Vincent, quien ya
me estaba mirando con curiosidad.
La conversación con Vincent llegó a micabeza y un escalofrio recorrió mi cuerpo.
-¿Cómo ha conseguido mi número? – pregunté después de un largo silencio dónde solo se
escuchaba mi respiración.
– Es lo de menos. Llamo para invitarla a almorzar, quisiera conversar con usted. -pude notar que
aún se le dificultaba hablar con claridad, sin embargo podía entender a la perfección.
Medite por un momento si era buena idea aceptar su invitación, y aunque tengo muchas dudas quequisiera aclarar, no teniamos nada de que hablar más que de mi identidad, pero él me dio su palabraque
no diria absolutamente nada a nadie.
Después de sospechar que me equivoqué de Alex hace trece años, preferia mantenerme aún másalejada.
– No creo que sea posible, tengo muchas cosas por hacer. Tal vez acepte su invitación en otraoportunidad Sr. Lancaster. -cuando mencione su apellido, Vincent me hizo una seña para que me.retractara. -Espere un momento.
Alejé el celular de mi oreja y lo cubri con una mano para atender lo que queria decirme Vincent, sin
que Alexis pudiera escuchar.
-¿Es Alexis? -preguntó en un susurro y asentí con mi cabeza en respuesta. -¿No quieres salir dedudas? Deberías hablar con él. -lo miré confundida e incrédula.
El era uno de los que prefiere que mantenga mi distancia con los Lancaster y estaba sugiriendo quedebia hablar con uno de ellos.
-No quiero saber nada del tema, ¿qué deberíamos hablar? Si fue en realidad él, no hay nada quepueda hacer, solo fue un encuentro casual. –Vincent enarcó una de sus gruesas cejas, como sisupiera que por dentro tenía preguntas que solo Alexis o Alexander podía responder.
– ¿No te da curiosidad cómo es que se acuerda de ti después de estar tanto tiempo al borde de lamuerte? – aquella pregunta alboroto todas las preguntas que rondaban por mi cabeza.
Aparté la mirada de Vincent y volví a la llamada con Alexis. – Perdón por la espera, ca qué hora y endonde seria?
Senti una presión en ml pecho y un mal sabor de boca, al volver a pisar la casa en la que vivi dos añoscon Alexander. El recuerdo de la última vez que estuve en este lugar me embargó por completo y tuveque tomar grandes bocanadas de aire para esfumar la incomoda sensación.
Por qué tuve que hacerle caso a Vincent?
Alexis no podia salir de casa por su recuperación, por lo que me invitó a la casa de Alexander dondeestá siendo cuidado y evaluado por un equipo médico. Aunque me negué a siquiera poner un pie en lacasa, me repeti una y otra vez que no tenia porque afectarme y menos cuando Alexis me recalcó queAlexander no estaria en casa en toda la tarde, tal vez se dio cuenta de mi incomodidad.
Y ahora que estaba aqui, fue inevitable recordar el tiempo que fui esposa de la familia Lancaster.
Respiré hondo por última vez y entre a la sala cuando Anna, la empleada de la casa, me recibió, susorpresa fue grande al verme, pero no le preste atención
– El Sr. Alexis estará aqui en un momento, con permiso. -dijo Anna antes de irse a la cocina.
La casa tenia ciertos cambios, los muebles eran nuevos, al igual que los cuadros y los adornos, aúnasi, lucia igual que antes, que no habia ni una foto de nuestro matrimonio, lo cual me aliviaba.
-Hola, Sarah. Gracias por aceptar venir hasta aqui. -Alexis apareció en su silla de ruedas y aunque ella manejaba con el control, un par de enfermeras lo acompañaban.
Aunque no tenía su traje elegante de anoche, seguia luciendo fino en su ropa deportiva, sus ojos secruzaron con los mios y entonces, recorde la mirada de aquel chico con el que tropecé, quien memiraba con precaución y ternura.
Esfumé cualquier pensamiento y me levante del sofá para extender mimano hacia él.
– Buenas tardes, Sr. Lancaster. -Sus ojos se posaron en mi mano y crei que no iba a estrecharla conla suya, cuando estuve por bajarla, su mano tomó la mia dándole un ligero apretón. -Y descuide,encontre un tiempo libre, después de todo le debo un favor.
Con aquello me referia al secreto que me estaba guardando, aunque si no me cobraba el favor, seriamucho mejor para mi. Solte su mano después de unos segundos.
-Usted debe ser la mujer que ayudó a los avances de la recuperación de Alexis. Un gusto conocerla,soy Viviana, ella es Ofelia.-La voz de una de las enfermeras llamó mi atención y no pude evitarmirarlas entre confundida y sorprendida.
Ayudar con la recuperación? Eso es totalmente falso, apenas lo vi una sola vez, no hay manera deque yo te haya ayudado.
– Mucho gusto, soy Sarah Petit. Creo que hay un malentendido, yo no he ayudado al Sr. Lancaster. –aclare la situación antes de que me involucren una vez más con Alexis.
– Viviana, Ofelia, por favor déjenos solos. Las llamaré si las necesito, gracias. -Alexis intervino antesde que las enfermeras soltaran otra palabra y ellas obedecieron de inmediato, dejándome a solas conAlexis. -Puede tomar asiento, Sra. Petit.
– Gractas. – volvi a sentarme y detuvo su silla a un costado del sofá individual quedando frente a micon la mesa de centro en medio de ambos. -Sr, Lancaster, no sé que tenga que hablar conmigo, perosies
sobre ini apellido, quiera que sepa que…
– Su secreto está a salvo conmigo, Sarah. No es sobre eso que quiero hablarle, me he enterado dealgunas cosas que pasaron mientras estuve en coma y no sé por donde empezar. En realidad sise,quiero
pedirle una disculpa por el comportamiento de mi familia, no pretendo disculparme por ellos, cadaquien es responsable de sus actos y harán lo que les salga del corazón, pero yo me siento, de algunamanera, avergonzado por la manera en la que ha sido tratada por una familia que se jacta de buenosmodales, de clase y poder. Si yo no hubiese tenido ese accidente que me dejó de esta manera,créame que la educación de Gina hubiese sido diferente y de mi madre me encargaria de algunamanera. Me enteré que estuvo casada con Alexander por dos anos y también sé lo que hizo para quese divorciaran. No es esta la manera que debió conocer a los integrantes de mi familla. -a pesar de lomucho que se le dificultaba hablar, no paro hasta decir todo lo que pensaba de su propia familia.
Miré a Alexis como si fuera de otro mundo, él no parecia un Lancaster más, estuvo años ausente pero
no fue impedimento para ahora mostrarse más serio y maduro que todos los Lancaster juntos, nodudaba
que si las cosas hubiesen ocurrido de otra manera, el hubiese sido la cabeza de la familia después dela muerte del Sr. Lancaster.
Aunque se veia fragil, lucia imponente y respetable. Si se lo propone, puede hacer temblar al que sea,el claro ejemplo de anoche cuando reprendió a Gina cuando me ataco.
-Sr. Lancaster, aprecio mucho su intención, pero usted no me ha hecho nada, no tengo nada quedisculparle. Y para nadie es un secreto que estuve dos años casada con Alexander. Tal vez no fue lamanera para conocer a su familia, pero las cosas ya sucedieron y quiero darle vuelta a la página, noquiero saber nada de ellos, si estoy aqui es por temas de trabajo, pero pronto volveré a Paris y todoseguirá como estuvo desde que me divorcie. -si todo fuera tan simple como decirlo, pero lo másprobable es que nada sea igual después de que todos conozcan a Sarah Doinel y sobre todo, quesepan que tuve un hijo de
Alexander
La mirada de Alexis se apagó por un segundo y se quedó en completo silencio como si estuvieraanalizando algo, no podia adivinar que.
– Le quiero hacer una pregunta. -dijo al fin, después de unos segundos donde reinaba el incómodo
silencio. -¿Cómo terminó casada con Alexander?
Si pregunta me descoloco por un momento y me removi incómoda en el sola, no queria hablar delpasado y menos si tenia que ver con Alexander.
No sabla si mencionar el encuentro en la carrera clandestina que me llevó a reconocerlo en launiversidad, porque cada vez estaba más segura que ese no era Alexander.
– Ese es un tema irrelevante. -contesté evasiva, mientras golpeaba mi rodilla con la punta de misdedos. –Yo también te quiero hxer una pregunta, cómo sabe quién soy? – pregunté con la intención deque soltara lo que he venido sospechado hasta ahora,
Sus labios se curvaron en una débil sonrisa que no sabia como descifrar, pero que me hizo sentirnerviosa y ansiosa por saber lo que pasaba por su mente.
— ¿No se acuerda de mi? – aquella pregunta fue la confirmación a mis sospechas, ng hacia falta quedizeramas para saber de lo que estaba hablando. Enarque una cela esperando que el me lo dijeratodo. – sigur huyendo de su escolta? – preguntó con tono divertido y un escalofrio me recorrio de plea
cabeza.
¿Es posible que siga dudando después de eso?
Solté una risa sin gracia bajo su mirada divertida y llena de nostalgia.
– Entonces, si fue usted con quien me tropecé esa noche. -respondi sin rodeos, sintiendome como unacompleta estúpida por confundirlo con su gemelo.
-¿Con quién si no? – preguntó mientras se acercaba con su silla de ruedas, logrando aumentar misnervios. -Pensó que era Alexander, estoy en lo cierto? -preguntó con cierto tono de desilución y asenticon mi cabeza sin dejar de sentirme como una tonta.
– ¿Cómo es que me recuerda?-pregunté curiosa, viendo su rostro más cerca. Una auténtica sonrisaapareció en su rostro.
– Desde el momento en que tropezó conmigo, no pude sacarla de mi mente, su nombre sonaba en micabeza, sabia que era la hija de Leonardo Doinel, esa de la que todos hablaban, pero que nadie sabia
de su paradero, lo supe porque la busque por sus r*************, intentando dar con usted, pero mehicieron subir a ese auto y cuando desperté senti que habia pasado solo una noche, el recuerdo de surostro, su nombre; el recuerdo de usted llegó a mi mente enseguida, no recordaba nada más. Es poreso que la recuerdo como si no hubiese pasado trece años, Sarah Doinel. -me quedé paralizadadespués de
escuchar sus palabras que salieron casi en un susurro y entendia que no queria que nadie en la casalo escuchara contando algo que solo él y yo podiamos saber por los momentos.
Mi corazón se encogió al saber que lo vi antes de que terminara de esa manera y ahora volvia apensar que pude hacer mucho para evitar que se subiera a ese auto, si me hubiese quedado un pocomás a conversar con él, todo hubiese sido distinto, tal vez yo no me hubiera enamorado de suhermano, ni me hubiese casado, pude evitar tanto esa noche.
– Yo… No sé qué decir. – admiti sintiéndome desconcertada con la situación y sintiendo las lágrimas
picando en mis ojos.
Alexis tomo una de mis manos y su calor la invadid por completo, no tenia la fuerza suficiente paraalejarme de su tacto, me sentia perdida.
– Ya pasó, sigo vivo que es lo bueno.¿Por qué ha permitido que mi familia la tratara tan mal? No lomereces. -se notaba frustrado por el hecho de que todos los integrantes de su familia, sin excepción,me lastimaron de algún modo
– Eso no importa y tampoco deberla importarle, eso quedó en el pasado, no soy la misma Sarah con laque Alexander estuvo casado, ahora no me importa tomar represallas con quien sea que se atreva ameterse conmigo.-dije soltándome de su agarre que comenzaba a incomodarme.
-Yasi es como deblo ser desde un principio, no sé cómo pasaron las cosas, pero Imagino que el amorpor Alexander la llevó a soportar cualquier cosa y está bien que fue su forma de demostrar lo muchoque lo querias, pero el amor proplo debe estar por encima de todo, no se puede amar a alguien sinantes amarse a usted misma. Plenselo, y tal vez más adelante, pueda arreglar el curso de la historiacomo debió ver desde un principl.-me levante del sola sintiendome asilxlada de pronto con surepentina
insinuación.
¿Qué queria decir? ¿Qué podia comenzar una relación amorosa con él? ¿Se volvió loco?
Eso es completamente ridiculo y mal visto. En primer lugar, no iba a fijarme jamás en el hermano de miexesposo y mucho menos siendo idénticos, y segundo, no permitiria que mi hijo llamé papá a su
tio.
Eso es absurdo.
Con un Lancaster, nunca más, ni por más bueno parezca.
Además, no estaba para lecciones de vida, eso lo aprendi cometiendo más de un error desde elmomento que puse mis ojos en Alexander, no necesitaba que un desconocido, me dijera lo que yasabia y lo que estaba haciendo en este momento.
Amándome a mi misma y a la persona más importante en mi vida, Tristán.
Su sobrino.
– Sr. Lancaster, creo que está confundiendo las cosas, yo no pretendo volver a ser parte de su familia,aquel encuentro fue solo eso, un encuentro, no hay manera de siquiera imaginarlo a mi lado, tal vez
asilo quiso el destino. Lo siento, pero debo irme, no podré almorzar con usted, hasta luego. – tomé micartera y caminé hacia la salida, pero su pregunta me detuvo.
– Aún sientes algo por él? ¿Es por eso? – solté una risa sin gracia antes de girarme hacia él.
– Lo único que puedo sentir por él, es lástima, toda su vida no ha sido más que un titere de su madre ysu hermana, y ni hablar de la mujer por la que tiró a la basura dos años de matrimonio. -hice unapausa,
para tomar aire. -Tengo razones de peso y que pronto todos sabrán.
– ¿Qué razones? ¿Qué es lo que todos sabrán? -escuché su voz detrás de mi y me tensé enseguida.
No puede ser que tenga tan mala suerte en la vida, justo tenia que llegar Alexander en este momento.
11
Apenas lo miré, antes de volver a mirar a Alexis, no me iba a quedar a responderle, ni siquiera estabahablando con el
– Con permiso Sr. Alexis, que tenga bonito dia.
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