Heredera divorciada Novela de Juliany Linares -
Chapter 52
Chapter 52
Heredera divorciada Juliany Linares Chapter 52
Sarah Doinel ha llegado. Los estilistas me dejaron sola tras bastidores cuando terminaron sutrabajo, me tomé el tiempo para ponerme el vestido de estanoche que quedaba ceñido a micuerpo.
Miré por enésima vez el sobre que Alexander me dejó antes de dejarme con aquella mujer.
No me había atrevido a darle un vistazo a las fotos, sin embargo, no podía dejar de pensar en locruel y perversa que es Rachel.
Dejé de lado los rodeos y revise el contenido.
Un malestar se alojó en mi estómago al ver las fotos que pasaba una por una, en todasapareciayo, en casa, en el auto, en la empresa de Alexander, en la villa Lancaster, en el centrocomercial, en lugares públicos y privados.
No se trataba de algún montaje, porque recordaba cada momento de cada imagen.
Rachel siempre me tuvo vigilada con un sicario, me tenía en la mira, con solo dar una ordenpudoacabar con mi vida.
¿Tan lejos llegaba por un hombre? Pero, lo más importante, ¿de dónde sacó dinero paracontratar por tanto tiempo a un sicario? Apesar que su familia es adinerada, no era de esaspersonas que tiraria dinero al cielo.
Después de ver todas las imágenes que me dejaron petrificada y sin aliento, supe que hacer porel biende todos, Rachel era un peligro y algo dentro de mí, me decía que había alguienpatrocinando sus planes retorcidos, espero no equivocarme.
La voz de mi padre se escuchó por todo el lugar, el desfile había llegado a su fin, dándole pasoa la apariciónde Leonardo Doinel en el escenario.
Mi padre saludó a todos los presentes y felicitó a las marcas de todas las colecciones por tanbuen trabajo.
- Después de cuatro años, Doinel ha vuelto como invitado especial a un evento tan importanteen el mundo de lamoda y hemos vuelto pisando fuerte.
Como ya saben, estuvimos en la búsqueda de una marca destacada para la colaboración conDoinel.
Ya tenemos a los seleccionados, pero antes, quiero hacer una presentación oficial.
Por favor, un aplauso para la persona que estará al frente de un proyecto tan importante tituladoel primer amor, mi mano derecha, mi vicepresidente.
-mi padre me presentó como lo tenia planeado, porque quería que desfilara por primera vez luciendouna de las prendas másexclusivas de Doinel, qué mejor que en la semana de la moda, y prefería queme mantuviera serena, sin tanta presión por los espectadores.
Sali tras bastidores, con la frente en alto y las miradas de todos puesta en mi, tome unabocanada deaire y esboce una sonrisa casi inexistente antes de pavonearme sobre mis tacos tal y como me lohabían enseñado.
Los aplausos no se hicieron esperar y cesaron cuando mi padre comenzó a describir la pieza colorvino de chifóny diamantes cocidos a mano y meticulosamente distribuido.
Entre el público se encontraban las Lancaster y Rachel, quienes me miraban con indiferencia.
Pronto, se escucharon algunos murmures de las personas llamándome como la amante de Doinel, misonrisa se ensanchó y me detuve a un lado demi padre, quien logró escuchar algunos ataques haciamí.
- Quiero aprovechar, para desmentir algunos rumores en los que ha estado circulando mi nombre enredes, donde me señalan como uno de "los tantos amantes" de Sarahy por esola he nombradoVicepresidente de Doinel.
-hizo una pausa y tomó mi mano, luciendo una amplia sonrisa que me lleno de seguridad y confianzaen mi misma.
-Ese cargo, ha estado esperando por ella desde el momento que nació, ha demostrado tener lainteligencia, la audacia, ser capaz y digna deeste puesto.
Ustedes la conocen como Sarah Petit, pero en esta ocasión, la presentare con su verdadero apellido.
Sarah Doinel, mi única hija y heredera de toda mi fortuna.
El silencio que se formó después de las palabras de mi padre, fue tan grande, que se escuchó el jadeocolectivo lleno de sorpresa e incredulidadde la mayoría de los presentes.
Mis ojos viajaron a las tres mujeres que estaban sentadas juntas a mi izquierda y tuve que retener unacarcajada alver sus miserables expresiones.
El rostro de Gina se torno de todos los colores, mientras me miraba con la bocaexageradamenteabierta, una de sus manos sostenía a Amelia de la cintura y con la otra mano abanicaba el rostro sin
color de la señora que parecía a punto de desfallecer.
Rachel, por otro lado, me miraba incrédula y con miedo, miro a todos lados con pánico en susojos,como si subiera buscando a alguien para irse.
Ah, no, no iba a dejar que abandonaran el lugar en la mejor parte.
Un par de aplausos dio paso a los demás, entre ellos, Alexander y Alexis aplaudían eufóricos, ambossonrientes y no tan sorprendidos como el resto, pues eran los únicos quesabian mi verdaderaidentidad, de lo contrario, estañan tan conmocionados como la víbora mayor.
- Muchas gracias a todos los presentes, es un honor para mi estar al frente de una empresa tanimportante, con la que siempre he soñado formar parte, siguiendo los pasos de mi padre, el granLeonardo Doinel y ahora que estoy siendo parte de ella y de un gran proyecto, me complace darlebuenas nuevas.
No solo hemos elegido a una marca para la colaboración con Doinel, sino a dos.
Por favor un aplauso para Julián de Innova y Alexander de Lancaster Collection.
Han hecho un buen trabajo para convencernos de que sus marcas darán la talla.-los aplausosvolvierona resonar y mi vista volvió a posarse en las Lancaster, quienes parecían querer desaparecerde un solo chasquido, no sabían ni que hacer.
- Ahora, volviendo al tema.
Cómo la mayoría lo saben, se han encargado de difundir noticias falsas sobre supuestos amoríos,conmi propio padre Leonardo Doinel y con mi primo Vincent Lefevbre.
-mi vista no se aparto de las tres mujeres, como si las estuviera acusando sin necesidad de decir unasola palabra.
El cuerpo de Amelia se tensó aún estando apunto de desmayarse, Gina le susurro algo a su madre eintentó levantarse de su asiento, Rachel, estaba hechaun manojo de nervios y me miró con pánico ensus ojos, antes de caminar con pasos rápidos hacia la salida, pero fue detenida por tres guardias deseguridad.
Las ratas intentan escapar.
- He tomado medidas legales para los responsables de tal difamación en mi contra, pero antes, lesmostraré las pruebas que verifican quienes están detrás de estas noticias falsas.-dije conuna sonrisasocarrona, y la pantalla detrás de mi se encendió.
Las imágenes comenzaron a pasar una por una, mientras se reproducía el audio del paparazzi queterminó confesándolo todo gracias altrabajo de Joseph, dónde confirmaba que fue contratado por lastres mujeres para sacar fotos comprometedoras y sacarlas de contexto deliberadamente, no importaquien estuviera involucrado, solo querían dejar mi reputación por el suelo y destruirme al mostrarmecon una vida amorosa desordenada después de mi divorcio con Alexander.
Pronto aparecieron los comprobantes de pago con los nombres de las tres mujeres, más la carta deinstrucciones que debía seguirel pobre hombre.
Cuando el audio del hombre finalizó, comenzó el audio que astutamente grabé cuando Rachel mevisitó tras bastidores.
Una sonrisa apareció en mi rostro cuando llegó la mejor parte.
- ¿A quién ibas a matar si no accedia? - Yoyo.
No, estás mintiendo Alexander.
Yo seria incapaz de...
- Sarah, te dejo las pruebas de lo que hablamos.
Puedes ver incontables fotos tuyas a cualquier lado que ibas, Rachel te tenia vigilada, contratoun sicario para disparar cuando elladiera la orden.
Me he tardado pero lo he conseguido al fin.
Disfruten del desfile.
El asombro de todos fue abismal y no tardaron en buscar con la mirada a las responsables detales actos, sobre todo a lamujer que una vez fue tachada como la amante de Alexander, yahora, no estaba lejos de ser una delincuente.
Gina intentaba por todos los medios desmentirme, gritando que ella jamás haría algo como eso,que era de una familia importante ypoderosa al igual que su madre y no tenia necesidad dellegar a tal punto, de hecho, buscaba ayuda en Alexander o Alexis, pero ninguno se movió de sulugar.
Las pruebas hablaban por sí solas y su madre ya estaba inconsciente en una silla, ¿cómopodría salir limpia de esto? Su propia familia ya no creia enellas.
Rachel quería escapar del agarre de los guardias, pero le fue imposible, menos lo iba a lograrahora que llegaron los policías a enganchar sus muñecas con lasesposas, en su espalda.
- ¡Eso es falso, es un malentendido! ¡Yo no contraté a nadie! ¡No soy capaz de matar ni a unamosca! ¡Suéltenme! -Rachel gritaba desde su lugar, con su mirada llena de ira, y le hice casoomiso.
- Las he demandado por difamación en mi contra y rueguen porque Leonardo Doinel y VincentLefevbre nolevanten cargos por difamación.
Y a Rachel se le suma el intento de homicidio, espero que encuentren un buen abogado.
Pueden llevárselas.
-los oficiales se llevaron a Rachel y como pudieron, también se llevaron a Amelia y a una Ginaque lloraba desconsolada.
- Todo es falso, ¿cómo le van a creer a esa mujer? ¿No sabes quién soy yo? ¡Soy GinaLancaster! ¡No me tomes fotos,imbécil! ¡Qué van a decir los de mi circulo social! ¡Sarah me lavas a pagar! Aquellas mujeres desaparecieron de mi vista y no pude sentirme más satisfecha.
Sarah Doinel ha llegado.
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