Chapter 51

Heredera divorciada Juliany Linares Chapter 51

La consideré mi amiga. Por más que pensaba y pensaba, no entendía porqué Rachel me odiaba tanto, ambas

fuimos buenas amigasen la universidad, estuve para ella cuando lo necesitaba, incluso en sus peores

momentos.

Nunca entendería sus motivos para querer perjudicarme, hacerme daño y difamarme.

¿Era por Alexander? Le dejé el camino libre hace tres años, ¿qué más quiere de mi? Se estaba metiendo con

la personaequivocada y lo iba a lamentar.

Haya sido por el motivo que sea, Alexander me fue infiel con ella, tenia muchas opciones para ponerla en su

lugar y solo se fue por la másfácil, sinceramente, pudo hacer más, claro, si es que en realidad llegó a

quererme.

Era tarde para lamentos, ambos dejamos todo atrás y superar todo lo que pasó, ahora solo nos unía Tristán y

debíamos pensar en el bienestar de nuestrohijo.

Alexander terminó llevándonos hasta la mansión, aunque insistí en que iria con mi chófer, pero de pronto,

Tristán quisocon todas sus fuerzas irse con él y no pude seguir negándome.

En el camino a casa, me mantuve en silencio, Tristán hablaba como nunca con Alexander y de vez en cuando

letraducia lo que quería decir, después de todo, no salió tan mal la primera salida de padre e hijo.

Cuando detuvo su auto en el estacionamiento de la casa, tomó a Tristán para abrazarlo y fue imposible no

conmoverme, elpequeño se encariñó tan rápido después de tenerle tanto miedo.

- Después de la semana de la moda, lo llevaré a casa para que conozca a Alexis y le daré la noticia a mi

madre ya Gina.

No lo llevaré con ellas hasta no asegurarme que será bien tratado.

-me informó mientras peinaba su cabello negro y me removí incómoda en el asiento,

No solo no me agradaba la idea de que las mujeres de su familia siquiera sele acercaran, sino que, al

terminar la semana de moda, todos volveríamos a París, y aunque su empresa fue seleccionada para la

colaboración con Doinel, dudo mucho que sea el representante que viaje hasta Paris, ¿cómo iba a dejar a la

deriva a Lancaster Collection? - Volveremos a París al culminar con la semana de la moda, preferiria que esas

mujeres no se le acercaran ni un metro.

-dije sin titubeos y me miró con el ceño fruncido.

Sus ojos se oscurecieron y pude ver cómo su respiración se volvía pesada.

- No puedes hacer esto, Sarah, me has alejado de él por más de tres años y ahora que me hacessaber de él,

quieres separarlo nuevamente de mí, no estás siendo justa.

- respondió con voz fría, todo lo contrario a como hablaba desde el momento que nos encontramos.

- Sé que no es justo, pero no voy a quedarme cuando tengo un proyecto importante que llevar a cabo, novoy

a decepcionar a mi padre tirando todo por la borda de esta manera, además, tu familia ha estado jugando

sucio y les daré una lección, no soy la misma Sarah con la que podía hacer y deshacer.

-respondí con la voz aún más fría que la de él y se quedó en silenciomirándome sin decir una sola palabra.

De un momento a otro, se acomodó en su asiento, quedando su cuerpo frente a mi, con Tristán sentado sobre

sus largas piernas.

Iba a defender a su adorada familia, lo veía venir.

- ¿Tu padre? ¿De qué padre estás hablando? Se supone que tú no...

-mis ojos se abrieron en gran medida al darme cuenta de lo que había salido de mi boca y que sus palabras

se quedaron enel aire, como si hubiese encontrado la respuesta a su pregunta.

- No puede ser.

-susurro para él mismo y miró hacia la entrada de la casa por unos segundos y volvió a mirarme.

No sabía que hacer para salir de esta situación, aunque lo más sensato era soltar la verdad, después de todo,

ambos soltamos unos cuantossecretos que de cierta manera perjudico nuestro matrimonio, incluso antes de

que me fuera infiel.

- Sitengo padre.

-solté después de tomar una bocanada de aire y tomé a Tristán, quien quería que lo alzara al ver el repentino

desinterés de Alexander,aunque solo estaba desconcertado y con una expresión de incredulidad que me hizo

dar cuenta que no había marcha atrás.

Igual lo iba a saber.

Abrí mi boca para hablar, pero mis palabras fueron calladas por las suyas.

— Eres la hija de Leonardo Doinel.

-dijo con toda la seguridad y sus ojos sorprendidos casi se salen de órbita.

- Por eso te nombró vicepresidente de la noche a la mañana, por eso te dejó al frente del proyecto, poreso corrió a una de sus mejores empleadas,por eso bailaban aquella noche como si fuera cosa deustedes de toda la vida y las fotos abrazándolo en la cafetería.

No eres su amante, eres su hija.

-me mantuve inexpresiva, mientras él terminaba de hablar como si hubiese resuelto un caso que eraimposible de resolver.

Asentí con mi cabeza sin más y su mano cubrió su boca que estaba abierta con sorpresa, mientras memiraba como si estuviera viendo a unfantasma.

- Has acertado, estuviste casado con la hija del hombre que tanto admiras, soy Sarah Doinel.

-Su cuerpo se quedó congelado, al parecer que lo haya escuchado de mi propia boca, fue aún másdesconcertante y sorpresivo.

Me senti inexplicablemente aliviada, ocultar mi verdadera identidad por tantos años no era tarea fácil.

No fue hasta que Tristán soltó una carcajada, que Alexander salió de su conmoción.

Parpadeó más veces de las que debería y miro al pequeño pelinegro, quien se había burlado de suexpresión.

- Sarah Doinel, eres Sarah Doinel, pero, pero.

¿De dónde sacaste el Petit? ¿Por qué nunca me lo dijiste? Esto no es cierto, estoes un sueño.-sepasó las manos por la cara y por poco me uno a la risa de Tristán, pero me contuve, sabiendo queesto era un tema muy serio y delicado.

- El Petit es por mi madre, todos la conocen como Joelle Doinel.

-sus ojos seguían abiertos más de lo normal y tuve que mirar a otro lado para no desconcentrarme.

-Si no te lo dije es porque no podía hacerlo, tenia motivos suficientes y me imagino que como fielseguidor de Leonardo, sabrás que estuve apuntode ser secuestrada cuando era una niña, ese es el

primer y principal motivo.

- Mamá, mira a Ales.

- Tristán seguía riéndose de Alexander, siendo ignorante del tema tan delicado que estábamostratando.

Miré de nuevo a Alexander, ahora sus dos manos sostenían sus mejillas y mantuvo su boca levementeabierta.

¿De esa manera hubiese reaccionado si lo decía en público como mi padre lo había planeado?

Tal vez hubiera sido más discreteante tantas personas, por eso, estando solo él, Tristán y yo, no seesforzó ni un poco por ocultar su asombro.

- ¿Motivo principal? ¿Hay más motivos por el que me lo hayas ocultado como si fuera cualquier cosa?Por Dios,¿estuve casado con una desconocida? -puse mis ojos en blanco con fastidio, porque a pesarque mi apellido era otro, seguía siendo la misma persona.

- Estuviste casado con una persona que siempre te fue leal hasta el último momento, siendo SarahPetito Sarah Doinel.

Y claro que hay otro motivo, pero ya no tiene caso hablar de eso.-m¡ teléfono sono mientras terminabade decir aquello y leí el nombre de Paul en lapantalla.

- ¿Quieres seguir ocultando cosas? ¿En qué quedamos? ¿No estamos haciendo esto por Tristán? —pregunto evidentemente molesto, pero es que no quería decirle que abandoné a mifamilia por estarcon él, cuán patético sonaria.

El teléfono seguía sonando y le hice una seña para que me esperara un segundo, la llamadapodia serde trabajo y yo aquí discutiendo de un tema vergonzoso para mi.

- Paul.-dije su nombre y escuché un suspiro irritado a mi lado.

- Sari, ¿estás bien? Veo que el auto de Alexander ha estado estacionado por un largo tiempo, ¿te hizoalgo? ¿Le hizo algoa Tristán? -fruncí mis labios al escucharlo tan preocupado y miré por cada ventanade la casa.

¿Ha estado observando el auto desde que llegó? Eso es incómodo.

-Sí, estoy bien, en un momento entraré.

¿Está todo listo para el evento de hoy? - pregunté cambiando de tema drásticamente.

- Si, solo faltas tú.

-dijo dejando de sonar tan preocupado y lo vi asomado en la ventana de su habitación con la vista enel auto.

- Entonces está todo listo, iré enseguida.

-no espere que dijera nada más y colgué la llamada.

- Debo irme y tú también.

- dije tomando mis cosas y el regalo que Alexander le dio a Tristán.

Cuando estuve por abrir la puerta, el brazo de Alexander se estiró hasta llegar a la puerta, impidiendoque me bajara de su auto, logrando que mesintiera realmente incómoda con su cercanía.

- No hasta que termines de soltar todo, Sarah Doinel.

-enarqué una de mis cejas y me alejé lo máximo posible de su mirada escudriñante, por suerte, Tristánse lanzó a sus brazos, logrando que se alejara demi y pude soltar el aire que había retenido.

¿Por qué tanto interés por saberlo? ¿Qué ganaba? Algo cambiaría? Por supuesto que no.

Y como nada iba a cambiar, decidí soltarlo para que me dejara ir de una vez portodas antes de quevolviera a invadir miespacio personal.

- Renuncie a mi familia para casarme contigo, es todo, satisfecho?-solte manteniéndome en calma yahora si, sinesperar que me detuviera o que dijera algo mas, sali de su auto sin ni siquiera mirarlo.

Le di la vuelta al auto y le extendí mis brazos a Tristán para sacarlo del auto, aunque parecía querernegarse, se lanzó a mis brazos al ver mi rostrosin una sonrisa.

No volví a mirar a Alexander, hasta que habló.

- Espero algún día puedas perdonarme, hiciste y diste todo por nuestro matrimonio y no recibiste niuna cuarta parte.

—le di una fugaz mirada, encontrándome con sus ojos que parecían tristes y dolidos.

Un amargo sabor apareció en mi boca y me giré como si no hubiese escuchado aquello Siquiera podíaperdonarlo algúndia? Mis nervios estaban destrozados, ni siquiera la buena atención de los estilistaslograron relajarme tras bastidores, ni aunque le sumarán un masaje relajante, nada podía mantenermeserena por más de tres segundos.

El último día de la semana de moda llegó y estábamos a solo minutos de comenzar eldesfile final, porsupuesto haría acto de presencia en la pasarela junto a mi padre, pero no era eso lo que me tenía losnervios a flor de piel, sino lo que tenia preparado para el final del espectáculo, rogaba porque todosaliera muy bien para mi, porque habían tres personas, y quizá más, a las que le darían tres infartos.

Toda la tarde fue ajetreada, absolutamente todos estaban nerviosos y ansiosos porque todo debía salira laperfección.

Las modelos estaban más que alteradas, a algunas les faltaban terminar de arreglar su vestuario.

Paul apareció en mi campo de visión con una taza humeante y la dejó sobre la mesa de centro.

- Te traje un té de Valeriana para los nervios.

-dijo mirándome por el espejo y pronto una sonrisa apareció en su rostro.

-Estás hermosa.

- Gracias Paul, aunque no estoy segura de que pueda tomarlo con mis temblorosas manos,probablemente lo derrameantes de probar una sola gota.

-admití avergonzada y soltó una risita.

- Claro que puedes.

Volveré a mi asiento suerte en todo, cariño, lo harás muy bien.

- dejó un largo beso en mi frente y me guiñó un ojo antes de salir por dónde entro.

Paul se esmeraba tanto para que yo estuviera cómoda en cualquier circunstancia, que ya me daba pena con

él.

El vestido que iba a lucir esta noche, diseño exclusivo de Patñck para Doinel, estaba colgado ylisto para

ponérmelo cuando los estilistas terminaran con su trabajo.

Entonces, una figura apareció en el espejo y los nervios fueron reemplazados por una agradable sensación

en mi pecho.

-¿En serio va a atreverse a aparecer ante el público, después de todo lo que se dice de usted? Yo fuera usted

y no me atrevería a aparecer nuncamás públicamente.

-Su sonrisa llena de malicia me hizo la noche, no pude evitar reirme por sus palabras.

- Es un alivio que usted y yo no tengamos ni el más mínimo parecido, no tengo nada que temer, en cambio

usted, Sra.

Rachel, debería estar más que avergonzada por lo que ha hecho.

-le respondí tranquila, mirando su reflejo en el espejo.

No sabia que estaba haciendo aquí, si los dias anteriores no vi ni su rastro.

Su sonrisa no se borró, más bien se ensanchó.

- No tengo nada de qué avergonzarme, en cambio usted, una mujer que ha entrado a una gran empresa por

meterse enla cama de los altos ejecutivos, eres una vergüenza para las mujeres empoderadas que se

esmeran en llegar a un puesto tan alto.

-dijo como si aquello me afectara y lo único que logró fue que soltara una risa sin gracia.

La lancé una mirada despectiva, antes de volver a admirar el gran trabajo de los estilistas.

- ¿Se supone que usted es una de esas mujeres? -pregunté con sarcasmo y la muy descarada asintió con

sucabeza como si estuviera orgullosa de sí misma.

-¿En serio? ¿Qué tan bajo debe caer una mujer que chantajea a un hombre para que se acueste con ella? ¿

Eres digna representante de las mujeres empoderadas?Gracias pero una mujer sin dignidad, sin la más

mínima empatia y con un corazón tan oscuro y lleno de envidia, no me representa.

—su rostro se puso de todos los colores y me miró con el ceño fruncido.

- No sé de que estás hablando, Alexander se acostó conmigo por su propia voluntad, seria incapaz de

chantajeado.

-¿Segura Rachel? - Alexander apareció detrás de Rachel y el cuerpo de ella se tenso enseguida.

— ¿A quién ibas a matar si no accedía? Mis nervios por poco vuelven a aparecer, pensando que Alexander

podía soltar mi verdadero apellido, arruinando así la sorpresaque tenia preparada.

- Yo..yo.

No, estás mintiendo Alexander.

Yo sería incapaz de...

- Sarah, te dejo las pruebas de lo que hablamos.

Puedes ver incontables fotos tuyas a cualquier lado que ibas, Rachel te tenia vigilada, contrato unsicario para

disparar cuando ella diera la orden.

Me he tardado pero lo he conseguido al fin.

Disfruten del desfile.

- Alexander dejó un sobre a un lado del té humeante y quedé petrificada por unos segundos consolo escuchar

la palabra, sicario.

Por supuesto que no le había creído cuando lo mencionó, pero si dentro de ese sobre estaban las pruebas

que mencionaba, no podía seguir dudando.

Tomé rápidamente el sobre al ver las intenciones de Rachel de tomarlo de la mesa y lo escondí bajo mi bata

de seda.

Rachel tenia la sangre tan fría como para mandar a matarme? ¿Qué clase de mujer es esta?

- No es cierto, eso esun montaje, no debes creerle a ese hombre.

Te fue infiel, ¿lo recuerdas? El.

él...

- Rachel lucia miserable y completamente nerviosa.

Lo poco que conocía de ella, es que esa era su actitud cuando se sentía acorralada,intentaba manipular la

situación a su antojo y lavarse las manos de tal acusación.

- No aclares que oscurece.

Por favor, desaparece de mi vista antes de que llame a la policía.

Tip: You can use left, right keyboard keys to browse between chapters.Tap the middle of the screen to reveal Reading Options.

If you replace any errors (non-standard content, ads redirect, broken links, etc..), Please let us know so we can fix it as soon as possible.

Report