Capítulo 31

Durante años, nadie habla dicho ni una palabra justa por ella, ni siquiera media palabra.

No importaba cuanto luchara, gritara o se resistiera, era inútil, nadle escuchaba.

Era como una flor aplastada en el lodo, no tenia fuerzas para luchar.

Pero las palabras de Wilson hicieron que su corazón que habla muerto durante mucho tiempo, latiera de nuevo de alguna

manera.

“Hermano… no, no es asi, en aquel momento ella no se habla confabulado con su madre Natalia, fue después, después ella y Natalia conspiraron para… para engañar y quedarse con el dinero de mi familia“. Carolina se sintió incómoda bajo la mirada de Wilson y tartamudeó al hablar.

Wilson tenia una presencia imponente.

Sin prestarle más atención a Carolina, Wilson se dirigió directamente hacia Amelia. “Belinda no está, le pedí que me llevara un vaso de agua, hay algún problema con eso?“.

Horacio miro atónito a Wilson, las palabras no tenian problema, pero que Wilson mismo explicara eso por Amelia, era un problema.

Eso no se parecia a Wilson en absoluto.

¿Por que defenderia a una mujer, especialmente a una mujer como Amelia?

Eso hizo que los celos de Horacio se intensificaran aún más.

“Como hombre, ¿cómo puedes golpear a una mujer? Horacio, de verdad que tienes agallas“. Wilson observó la pálida cara de Amelia, tenia marcas claras de cinco dedos hinchados, sintió una ira inexplicable.

Horacio apretó los dedos, reacio a admitir que habia golpeado a Amelia.

La cara de Wilson se torno más sombría y dijo con una baja presión. “¡Pidele disculpas!“.

Horacio miró a Wilson con shock, ¿por qué tenía que disculparse…?

“Esa mujer es una cualquiera, yo…“.

“¡Pum!“. Antes de que Horacio terminara, Wilson le lanzó un puñetazo.

Horacio no pudo mantener el equilibrio y retrocedió varios pasos.

“¡Horacio!“. Carolina corrió hacia él asustada y lo sostuvo.

Horacio miró friamente a Wilson, él lo había hecho a propósito, ¡definitivamente fue a propósito!

Normalmente, Wilson no se metia en asuntos ajenos, ese día claramente estaba utilizando la situación de Amelia, esa desgraciada, para vengarse de él, sólo porque habia contactado al Sr. Juárez en privade. Era una advertencia para que no hiciera movimientos turbios en la empresa.

Tras contener su ira por un largo rato, Horacio respiro hondo. “Hermano… reconozco mi error“.

Wilson frunció el ceño al mirar a Horacio, no podía entender cómo la familia Gallego habia criado a alguien sin modales. “¿Es a mi a quien debes decirle eso?“.

“Lo… siento“. Horacio creyó que Wilson lo estaba humillando, le dijo a Amelia casi entre dientes que lo sentia.

Amelia estaba confundida y sentada en el suelo, sintió que esa sensación de tener alguien que la respaldara… podría hacerla adicta.

Por lo tanto, Wilson no deberia intervenir.

Amelia se levantó lentamente, se cubrió la mejilla y se marchó.

Su figura delgada era demasiado frágil era como si pudiera ser dispersada por un soplo de viento.

Wilson echo un vistazo a Amella y preguntó friamente a Horacio. “¿Tu madre nunca te enseñó qué es el decoro?“.

Capitulo 31

Horacio apretó los dientes, Wilson no sólo quiso humillarlo a él, sino también a su madre.

Sabía que Wilson siempre los habla despreciado a él y a su madre, sólo porque su madre no provenia de una familial distinguida y habla ascendido como una amente.

Asi que desde pequeño, Wilson nunca lo habla tenido en cuenta,

“Quédate en casa y reflexiona por un tiempo, no vayas a la empresa. Wilson advirtió antes de marcharse directamente.

Ya no queria estar ni un segundo más en esa casa.

Desde el momento en que la madre de Horacio llegó embarazada, ya no era el hogar de Wilson.

Después de que Wilson se fue, Horacio comenzó a destrozar la habitación en un ataque de furia.

“Wilson, Wilson! ¿Qué cosa se cree que es para darme órdenes?“.

“Horacio…“. Carolina se abrazó a Horacio, estaba asustada.

“Llegará el dia en que lo aplastaré bajo mis ples. Los negocios y la compañía de la familia Gallego serán mios, y entonces, veremos qué tanto puede fanfarronear ese Wilson“.

Horacio estaba lleno de rencor,

“Todo es culpa de Amelia, ella lo hizo a propósito, se acercó a Wilson para causar discordia entre ustedes y dificultar las cosas para nuestra familia Suárez y la familia Gallego. Ella es muy siniestra. Sabe que la única persona en Bella Maravilla que puede ayudarla es Wilson, por eso vino a vengarse“.

Carolina rompió en llanto. “Horacio, ¿crees que si el hermano mayor sigue protegiendo a Amella, ella se rehusarà a donarme un riñon?“.

“¡Que ni lo sueñe!“. Horacio fue consumido por la ira. “Wilson no caería tan bajo como para valorar a una mujer como ella!

En los ojos de Horacio, Wilson sólo se aprovechó de la situación.

En cuanto a Amelia, seguia siendo tan calculadora y hábil en el engaño como siempre.

Si ese era el caso, no la dejaria en paz mañana.

“Horacio, casala con el hijo del mayordomo lo antes posible, así también nos liberaremos de problemas futuros“, sugirió Carolina aprovechando la oportunidad.

Horacio asintió. “Tienes razón“.

Al lado del camino.

Amelia no se atrevió a volver a casa esa noche, la marca de la bofetada en su rostro aún no se habla desvanecido.

Camino lentamente con un dolor punzante en el tobillo.

“Sube al auto“.

Un automóvil negro se detuvo al lado de la carretera, y quien habló fue Wilson.

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