Capítulo 45

Damaso luchó desesperadamente. “Valentino, maldito sea, ven a por mi si tienes agatlas!“.

La herida recién curada de Amelia se volvió a abrir y ahora era probable que se quedara sorda del oido izquierdo.

Amelia intentó arrastrarse con dificultad hacia Lázaro estando tumbada en el suelo.

Él estaba aterrorizado, todavia se estaba limpiando la sangre de la nariz.

“Damaso, ayer

», ayer mi hermana casi murió por culpa de esta desgraciada, y hasta se las arreglo para involucrar a Wilson, es muy astuta“, dijo Valentino mientras daba una fuerte patada en el estómago de Amelia, era como si estuviera enfurecido por el respaldo que ella habla encontrado.

“Amelia, te estás volviendo cada vez más capaz, ¿con qué truco sedujiste a Wilson?“, preguntó Valentino, la jaló del cabello para obligarla a mirar. “Mira bien esto“.

Después de hablar, Valentino hizo una señal a sus guardias para que se ocuparan de Damaso. “Con cual de esas manos le faltaste al respeto a mi hermana? Deja que tu hermana mire atentarnente cómo te inutilizo“.

Damaso luchó, pero su mano derecha fue presionada contra el suelo.

Él habia aprendido a reparar cosas con sus compañeros en el ejército y, después de ser dado de baja, se habia especializado en mecánica automotriz, la habilidad de sus manos era su sustento.

Si le arruinaban las manos a Damaso, estarían acabando con su vida.

“No, por favor“. Amelia suplicó de rodillas delante de Valentino. “Toma mis manos, por favor… por favor…. no le hagas nada a mi hermano, por favor…“.

Amelia gritó con voz ronca, suplicó para que Valentino perdonara a Damaso.

Pero Valentino sólo la miró con frialdad, la obligó a mantener los ojos abiertos.

Uno de los guardias agarró un martillo de hierro utilizado para reparar autos y lo estrelló contra la mano de Damaso una y otra vez hasta que la carne quedó desfigurada…

Amelia se quedó rígida y de rodillas, su cuerpo se entumeció lentamente hasta quedar helado.

Lázaro aún lloraba, se lanzó a abrazar la mano de su tio mientras lloraba.

Y esos hombres aún querian seguir golpeando.

Era sólo un niño…

¿Cómo podian ser tan despiadados?

Damaso luchó como un loco, golpeó con el puño ensangrentado la cara del guardia, nadie pudo detenerlo. era como si quisiera matar a alguien.

Ellos lo habian forzado, todo era culpa de ellos.

Amelia se quedó de rodillas, estaba rodeada de un silencio sepulcral.

Amelia levantó la vista hacia Valentino y dijo con voz ronca: “Lo que le debia a la familia Suárez… ya lo he pagado, ¿y aun asi me presionan…?“.

No le temia a la muerte, ¿a qué más le podia temer?

“Amelia, ¿crees que puedes saldar lo que le debes a la familia Suárez y a Carolina? Mi hermana ha sido humillada desde pequeña, sufre de una depresión severa y será atormentada por esas pesadillas toda su

vida. Perdió un riñón en un accidente de tráfico y tú la has empujado a una recalda grave, ¿piensas que la familla Suárez y la familla Gallego te van a perdonar? Esto es sólo el principio“.

Valentino le dijo la verdad a Amelia, Carolina habla caldo en coma debido al estrés, Lourdes y Ezequiel ya hablan perdido el control y estaban dispuestos a matar a Amelia.

Él habla ido personalmente para asegurarse de que Amelia por lo menos no muriera…

“Vámonos“. Quizás ya se desquitó bastante, Valentino dejó a Amelia a un lado y se marchó con su gente.

Damaso abrazó a Lázaro y trató de calmarlo.

Lázaro estaba traumatizado, todo su cuerpo temblaba.

Todos sablan que si eso continuaba, si eso continuaba…..

niño se enfermaria.

Amelia se sentó en el suelo y se quedó en silencio durante mucho tiempo.

Quizás, regresar fue un error.

Debería mantenerse alejada de Lázaro para que él pudiera tener una infancia tranquila y segura.

“Hermano, tengo que irme“. Amelia pensó originalmente que donar su riñón saldaria la deuda, pero ahora estaba claro que la familia Suárez ya no tenia derecho a exigir nada más.

La familia Suárez le había quitado demasiado, realmente demasiado.

Ya habla pagado con creces por los veinte años de crianza.

“¿A dónde piensas ir…?“. La voz de Damaso era ronca, se apoyó contra la pared y no paró de fumar.

Lázaro estaba inconsciente, había recibido un fuerte impacto.

Su enfermedad aún no había sido tratada ni aliviada efectivamente, Amelia necesitaba dinero, mucho dinero.

“Iré a buscar trabajo…“. Amelia miró a Damaso. “Hermano, enviaré dinero a casa cada mes, no escatimes en comida, y si no se puede resolver lo de la escuela… entonces que no vaya al jardín de infantes, al final la educación obligatoria no debería poner problemas“.

Damaso asintió, no habla otra opción.

*Si me quedo, la familia Suárez y la familia Gallego no me dejarán en paz y el niño seguirá expuesto a traumas, tiene tendencias autistas, no puede seguir asi“. Amelia se secó las lágrimas que empaparon las cicatrices de su rostro, dolia demasiado.

“Irte y esconderte podría ser lo mejor“. Damaso estuvo de acuerdo. “Toma éste dinerq, encontré un trabajo, no es tan pesado como reparar auto, trabajo 24 horas y descanso otras 24, es bastante tranquilo, puedo cuidar al niño“.

Amelia sólo tomó cinco billetes de diez para el viaje del dinero que Damaso le ofreció, el resto se lo devolvió. “Cuidar al niño cuesta dinero.

Con la voz entrecortada, Amella se dio la vuelta y se fue.

“Amelia…“. Damaso la llamó. “No importa a dónde vayas, llámame“..

Amelia no podía escuchar por su oldo izquierdo, asi que no se detuvo.

Se fue.

Se escapó.

12:21

A ganar dinero

Sino donaba su non a Carolina, la familia Suarez la buscarla con más frenesi

Quizas un día su cuerpo sin vida seria abandonado en un paramo con todos sus órganos despojados.

Con una sonrisa ironica, Amelia renoueo hacia la salida,

Después de unos pasos, se volteo a mirar atrás.

Lo que más le costaba dejar era a su hijo….

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