Mi Salvador el Sen or Wilson ( Amelia Suarez ) -
Capítulo 44
Capitulo 44
Amelia corrio desesperadamente hacia su casa incendiada cuando fue detenida por los bomberos. ¿Es esta tu casa? Harestado ardiendo toda la noche. Si no fuera porque un vecino se despertó por el humo, habria quedado reducida a cenizas“.
“No entres, todavia no es seguro. Estas casas antiguas se vienen abajo facilmente cuando arden“.
Temblando y con los dedos entumecidos, Amelia se arrodillo en el suelo. Tenia un grave trastorno depresivo v a veces perdía el habla cuando algo la perturbaba. Quería hablar, pero no podia, queria mover los brazos. pero parecian no responde
Su hermano… su hermano seguia dentro.
Lo que más temia era arrastrar a su hermano a su desgracia.
¿Por qué… por qué no podian dejarla en paz?
Se acurruco en el suelo y lloró en silencio.
¿Por qué tenían que torturarla asi?
¿Acaso sólo dejarian de hacerlo cuando ella muriera para satisfacer a Horacio?
“¡Mi tio, mi tio aún está adentro!“. Lázaro lloraba abrazado a su madre, señaló hacia la habitación. “Señor. ¿puede salvar a mi tio, por favor?“.
Los bomberos se miraron entre ellos. “Ya revisamos adentro, no hay nadie“.
El cuerpo de Amelia se tenso y levantó la mirada buscando alguna esperanza en los ojos de los bomberos. “¿No hay nadie?“.
“Está vacio, tuvieron suerte de no haber vuelto anoche“.
Amelia respiro con dificultad y abrazo a Lázaro.
Damaso estaba a salvo, su hermano estaba a salvo, eso era lo importante.
“¡Lázaro!“.
Desde la entrada, Damaso se acercó corriendo con el desayuno en las manos, estaba igualmente pálido del
susto.
Al ver que ni Amelia ni Lázaro tenían un rasguño, soltó un suspiro de alivio, se arrodillo y los abrazó. “¿Qué ha pasado?“.
Ayer había ido a la mansión de la señorita Lira para una entrevista de trabajo como guardaespaldas. Pero la señorita insistió en dificultarles las cosas, le hizo pasar toda la noche de pie y escuchar una canción de cuna para ver si podia resistir sin dormir.
Habia pasado la noche preocupado por Lázaro que estaba sólo en casa. La ansiedad le había impedido sentir sueño.
“Menos mal… ni Lázaro ni yo volvimos anoche“. Amelia lloraba abrazando a Lázaro, estaba aún asustada. *Hermano… ofendi a Carolina, Horacio y Valentino no me van a dejar en paz“.
“Qué bueno que lo sepas“.
Valentino apareció en la entrada justo cuando Amelia terminó de hablar.
Mientras miraba con desprecio el patio quemado, Valentino le echó una mirada helada a Amelia. “Carolina empeoró y cayó en coma por tu culpa ayer, aún no ha despertado. Amelia… realmente mereces morir“.
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Capitulo 44
Valentino habló con tranquilidad mientras encendia un cigarrillo.
Amelia estaba aterrada, retrocedió mientras abrazaba a Lázaro, no se atrevió a mirar a Valentino a los ojos.
Ella tenia miedo y repulsion por esas personas.
“Valentino, si tienes algo en contra, ven contra mil“. Damaso se levanto para proteger a Amelia y a Lázaro.
“Damaso, parece que te crees muy capaz. Valentino se rio con sarcasmo. ¿Crees que te dejaré in?“.
Varios guardaespaldas bajaron del auto y rodearon a Damaso.
Damaso resistió, pero era uno contra nueve y la desventaja era demasiado grande
Como si quisiera que Damaso lo viera, Valentino se acercó a Amelia y, delante del niño, le agarro el cabello con fuerza. “¿Así que Carolina antes había vivido una vida peor que la muerte aqui en este asqueroso barrio Dobre?“.
Amelia miró a Valentino con miedo, no se atrevió a hablar.
Lázaro fue valiente e Intentó empujar a Valentino, pero recibió una bofetada inhumana de este.
Lázaro cayó al suelo. No lloró, pero la sangre brotó de su nariz instantáneamente.
Por más que trató de limpiarse, la sangre no paró de fluir.
No queria preocupar a su madre, así que le dio la espalda y siguió limpiándose la nariz. Pero, ¿qué podia hacer?
Habla demasiada sangre.
“Lázaro!“. Amelia luchó descontroladamente y trató de empujar a Valentino con todas sus fuerzas.
Pero Valentino era demasiado fuerte, tenia su cabello agarrado y ella no podia soltarse.
Amelia gritó desgarradoramente y pidió misericordia arrodillada en el suelo, aunque lo que más deseaba era matar a Valentino, sólo pudo suplicar con impotencia.
“¡Valentino, hijo de puta!“. Damaso estaba en el suelo recibiendo golpes, pero se levanto para enfrentarse a nueve hombres.
No podia caer, al menos no delante del niño.
Valentino tomó una profunda calada de su cigarrillo, exhaló el humo lentamente y bajo la vista hacia Amelia. Los ojos de Amelia estaban rojizos por el odio intenso que sentia hacia Valentino. “Si me odias tanto, ¡mátame!“.
Valentino detestaba aquellos ojos que una vez siempre brillaron, pero que ahora sola mostraban oscuridad.
Levantó la mano con la colilla de cigarrillo ardiendo y apuntó hacia los ojos de Amelia, tenia ganas de apretarla contra ellos.
Amelia estaba respirando con dificultad, lo miro fijamente y sus ojos se volvieron cada vez más rojos. Finalmente, Valentino no presionó la colilla contra los ojos de Amelia, sino contra su mejilla.
El ardor de la quemadura hizo temblar todo el cuerpo de Amelia, pero ella lo soportó sin emitir ni un sonido.
La hermosa cara de Amelia quedó marcada con una cicatriz sangrienta y borrosa, era algo impactante para la vista.
Valentino estaba muy interesado en destruirla, quería arruinarla por completo.
Capitulo 44
“Carolina dijo que en este lugar sucio y desordenado fue donde este animal la violó y la mancilló“, exclamó
Valentino.
“¡Abusaste de mi hermana, Damaso! ¿Cómo te gustaria morir?“. Al ver a Damaso sometido en el suelo, Valentino agarro el cuello de Amelia frente a él.
Damaso miro a Valentino con un odio profundo. “¡Ella te mintió!“.
Tanto el como su madre habian consentido a Carolina, nunca la habla lastimado.
Pero sus explicaciones eran demasiado débiles, ¿cómo podia probar su inocencia cuando un cubo de agua sucia le cayó encima desde el cielo?
Pah!“. Valentino le propinó una bofetada a Amelia. “¿Mi hermana mintió? ¿Tu hermana alguna vez ha dicho la verdad?“.
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