Potter Girl [Draco Malfoy] -
Capítulo 25
Las vacaciones con Theo siempre eran entretenidas para Lily, ya que podían salir a donde quisiera y divertirse, sin embargo, ante el reciente escape de Sirius Black, el propio Ministro de Magia, Cornelius Fudge, había ido a la mansión Nott a presentarse con ella para pedirle, de manera un poco tonta y lo más vagamente posible, que se mantuviera a salvo.
El Ministro, quien en opinión de Lily no era más que un idiota hipócrita convenenciero, puso en una situación incomoda a ambos Slytherin con su petición, especialmente cuando les propuso dejarles una grupo de aurores para protegerlos, a lo cual se negaron cortésmente, alegando que las protecciones de la Mansión Nott era lo suficientemente poderosas como para contrarrestar a Black.
Aún inseguro, pero no dispuesto a molestar al heredero de los Nott o a la heredera de los Potter, el Ministro se fue, asegurando que podían contar con él para lo que necesitaran.
A partir de ahí, Lily y Theo si salieron, pero evitaron hacerlo en exceso. No eran tan inconscientes sabiendo la situación actual. En uno de sus paseos al Callejón Diagon, ambos quedaron enamorados de la nueva Saeta de Fuego, una escobamalditamente caraque incluso los Malfoy, si la compraran, resentirían el golpe, pero era jodidamente perfecta.
El día del cumpleaños de Lily, Theo y ella lo festejaron en el jardín con un medio quemado pay de fresa que Theo intento hacer personalmente y que ella comió gustosa, apreciando el gesto. También le regalo un nuevo libro, esta vez de maldiciones de alto nivel oscuro.
Hermione, por otra parte, le envío una carta desde Francia y le obsequio un equipo de mantenimiento de escobas voladoras de primera clase. Hagrid le había enviado, no solo a ella, sino también a Theo, un par de libros de El monstruoso libro de los monstruos, que ambos chicos tuvieron que amarrar con un mecate. En su carta decía que les sería útil ese año.
Su tía Petunia y Dudley le obsequiaron una caja de chocolates Mars, sus favoritos, y un traje de baño enterizo color negro, era sencillo, de tirantes gruesos con media espalda descubierta y un incomodo escote V un tanto profundo. Su tía y su necesidad de que empezara a vestirse más como mujercita.
La última semana de vacaciones, Lily y Theo fueron a comprar el resto de sus materiales para después recoger a Hermione, quien pasaría esos últimos días con ellos. Ella también ya había terminado sus compras, por lo que ahora comían un helado.
—¿Qué es todo eso, Hermione?—pregunto Lily señalando tres mochilas repletas.
—Bueno, ya saben, me matricule en más asignaturas que ustedes. Son mis libros de Runas, Estudios Muggles...
—¿Para que quieres hacer Estudios Muggles?—pregunto Theo con el ceño fruncido.— Tu ya sabes todo eso.
—Creo que sería fascinante estudiarlos desde el punto de vista de los magos.
—¿Tienes pensado dormir o comer este curso?—replicó Lily y ella rodó los ojos.
—Todavía me quedan diez galeones, mis padres me dieron dinero para comprarme mi regalo de cumpleaños por adelantado. Me apetece una lechuza, Lily tiene a Hedwig y Theo..
—También a Hedwig.—se burló Theo y los tres rieron.
Al final, cuando fueron a la tienda de mascotas mágicas, Hermione terminó comprando un precioso gato de pelaje color canela, espeso, suave y esponjoso, con piernas combadas y una cara de mal genio extrañamente aplastada que hizo que Lily y Theo lo adoraran, así como el gato parecía adorarlos a los tres. Su nombre era Crookshanks.
Una semana más tarde, después de haber puesto al corriente a Hermione sobre sus investigaciones y que esta casi sufriera un infarto respecto al tema de que su mejor amiga podía ser un Horrocrux, se encontraron caminando a través de la estación 9 3/4 para ingresar al tren escarlata que los llevaría de vuelta a Hogwarts.
En cuanto entraron al tren, Lily no pudo evitar sentir la necesidad de dar media vuelta y huir. No es que estuviera asustada o algo por el estilo, pero el año pasado, después de lo sucedido en la Cámara de los Secretos, su tía Petunia había ido a recogerla esa misma noche, por lo que fue una verdadera suerte que los exámenes fueran suspendidos o su perfecto promedio y su cuarto puesto académico a nivel de su generación, se hubiera visto comprometido.
El detalle con esto fue que Lily no estuvo ahí para saber lo que decía o pensaba el colegio de ella, que en realidad poco le importaba, pero Theo estuvo ahí para contarle la situación. Nuevamente ganaron la copa de las casas, pero perdieron la copa de Quidditch ante la ausencia de su buscadora estrella, sin embargo, la casa de Slytherin no parecía enojada con ella por eso ni por haber salvado a una Weasley, no, en realidad, según palabras de Theo, su estatus había ascendido a la cima por su proeza con el pársel y por encontrar la cámara, pero principalmente por haber conseguido la lanza de Salazar Slytherin, la cual Snape la mostró en la sala común y luego la regreso al despacho del director.
Ahora, el porque estaba nerviosa en ese momento es porque claramente todos iban a voltear a verla nada más entrara y ella realmente detestaba la atención en su persona.
—Hermione, Lily y yo tenemos que estar en el vagón de Slytherin esta vez, ¿tienes con quien quedarte?—pregunto Theo.
—Oh, puedo ir con Percy Weasley, me llevo bien con él y con su novia Penélope, ¿pero porqué tienen que ir ahí?—pregunto curiosa.
—Yo también quiero saber.—dijo Lily y Theo la miro exasperado.
—¿Acaso olvidas el año que vamos a cursar?—pregunto a Lily con el ceño fruncido.
—Tercero, ¿eso que tiene que...?¡Ay, no!—exclamó Lily cerrando los ojos.— Por favor, dime que no me van a hacer escoger una maldita corte.—rogó.
—¿Corte?—pregunto Hermione.
—Ya sabes que sí, esta noche debes anunciarlos así que espero que hayas pensado a quienes nombraras a parte de mi.—dijo Theo con seriedad y miro a Hermione.— es sobre la reina de Slytherin, bueno, te vemos luego, Hermione.
Theo se llevo a Lily arrastrándola de la mano hasta el vagón de Slytherin, donde debían ir a saludar a Marcus Flint, el actual rey en su último año, y a su corte. Después podrían ir a un compartimiento privado.
En Slytherin existían dos jerarquías: la primera que era la que existía en todo el Colegio: prefectos y premios anuales; la segunda era interna de Slytherin, se trataba de un príncipe por cada grado y un rey de todo Slytherin que es acompañado de una corte, la cual se componía de dos consejeros, un mediador y, en algunos casos, una dama de compañía.
Draco Malfoy era un rey desde que llego, pero no podía tomar su lugar hasta este tercer año, sin embargo, formó parte del consejo del actual rey como un segundo rey interino. Lily, por otra parte, era considerada reina gracias a su proceder hasta el momento, colocándola como un igual ante Draco Malfoy, pero, a diferencia de este que sí o sí recibiría el titulo oficial ese año, ella se supone que debió haber tenido cuidado para conservar su titulo, cosa que no hizo pero aún así salió bien.
Aunque la corte se compone oficialmente de dos consejeros, un mediador y, algunas veces, una dama de compañía, había ocasiones donde se añadían o remplazaban unos puestos por otros, como Marcus Flint, cuando elimino el puesto de mediador y coloco a Adrian Pucey como su guardián. En realidad, la corte solo debía tener un mínimo de dos personas.
En su primer año, Theo le había dicho que ella podría elegir su corte, pero que rara vez se escogían mujeres. Por otra parte, también le había comentado que, si Draco y ella llegaban a un acuerdo, podían compartir corte...
...pero eso ya no le parecía buena idea a Lily.
Ella ya tenía, junto a sus amigos, muchos secretos e información que no quería compartir con cualquiera, por lo que llegó a la conclusión de que necesitaba un circulo interno para ella misma. Si bien Draco nunca se había mostrado hostil con ella, nada le aseguraba que eso continuara así por los siguientes años, especialmente considerando que no sabía que tan bien se iba a tomar él, el hecho de que ambos compartieran poder.
Pensó en sus posibilidades, sus compañeros de Slytherin no eran muy listo y, en realidad, todos tenían predilección por Draco...¿A quién podría elegir? Necesitaba a alguien digno de confianza, que supiera que podía confiar en ella como su reina pero que traicionarla no era la mejor opción.
—Buen día, Rey.—saludó Theo llegando ante Marcus. El vagón, lleno de todos los de último año, miraban a Lily.
—Hola, Marcus.—saludó Lily.
—Pequeña snitch, Theo.—asintió Marcus y revolvió el cabello de Lily.—¿Este año me harás ganar la copa de Quidditch?
—Dalo por hecho.
Saludaron a Adrian y otros más antes de internarse en un compartimiento para ambos. Acomodaron sus baúles y cuando estaban por sentarse para discutir sobre la corte, la puerta se abrió, revelando a Draco Malfoy y Blaise Zabini.
—¿Te importa si nos sentamos con ustedes, mi reina?—pregunto Draco.
—No hay problema.—dijo Lily.
Blaise y Draco acomodaron sus cosas y se sentaron frente a ellos.
—¿Emocionados por conocer Hogsmeade?—cuestionó Blaise con una sonrisa.
—Un poco.—dijo Theo.
—No iré.—admitió Lily.
—¿Porqué?—pregunto Draco, mientras Blaise abría la boca sorprendido.
—Bueeenoooo, —ladeó la cabeza.—mi tía había firmado el permiso pero cuando se enteró que un loco ex convicto causante de la muerte de mis padres había escapado de Azkaban y que andaba suelto, rectifico y rompió el permiso. Quiere que me mantenga a salvo así que nada de Hogsmeade para mi.
—Lo lamento.—dijo Draco.
—No importa.—dijo Lily con una pequeña sonrisa.
Rápidamente Blaise cambió el tema, relatando sus vacaciones en Italia. El viaje paso en completa tranquilidad con una fuerte lluvia afuera y, faltando poco para llegar, el tren se detuvo con una sacudida. Sin previo aviso, se apagaron todas las luces y quedaron sumidos en una oscuridad total.
—¿Qué esta pasando?—cuestionó la voz de Lily.
—¿Una avería, quizá?—opino la voz de Theo.
—No lo sé, pero será mejor no movernos de nuestros lugares y tener la varita a la mano.—dijo la voz de Draco con seriedad.
—Maldición, ¿Qué hay de pronto con este frío?—masculló Blaise.
Se oyó un chisporroteo y una luz parpadeante iluminó el compartimiento. La puerta se abrió lentamente. De pie, en el umbral, había una figura cubierta con capa y que llegaba hasta el techo. Tenía la cara completamente oculta por una capucha. Lily miró hacia abajo y sintió su estomago contraerse.
De la capa surgía una mano gris, viscosa y con pústulas. Como algo que estuviera muerto y se hubiera corrompido bajo el agua...Sólo estuvo a la vista una fracción de segundo. Entonces, el ser aspiró larga, lenta, ruidosamente, como si quisiera succionar algo más que aire. Un frío intenso se extendió por encima de todos.
Lily fue consciente del aire que retenía en el pecho. El frío penetró más allá de su piel, le penetró en el pecho, en el corazón...Los ojos de Lily se quedaron en blanco. No podía ver nada. Se ahogaba de frío. Oyó correr agua. Algo la arrastraba hacia abajo y el rugido del agua se hacía más fuerte...Y entonces, a lo lejos, oyó unos aterrorizados gritos de súplica.
Quería ayudar a quien fuera. Intentó mover los brazos, pero no pudo. Una niebla espesa y blanca la rodeaba y también estaba dentro de ella...
—¡Lily! ¡Lily!
Alguien la tomaba del rostro con delicadeza pero con firmeza.
—¿Qué...?
Abrió los ojos. Sobre ella había algunas luces y el suelo temblaba...El expreso de Hogwarts se ponía en marcha y la luz había vuelto. Por lo visto había resbalado de su asiento y caído al suelo.
Draco, Theo y Blaise estaban arrodillados a su lado, pero Draco era quien sostenía su rostro y se colocaba sobre ella con un ademán protector. La miro con preocupación, al igual que los demás. Por encima de ellos, vio a un hombre de cabello castaño y túnica algo vieja, mirándola. Lily sentía ganas de vomitar.
No presto mucha atención a la situación, el hombre le extendió un trozo de chocolate y se presentó como su nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras y se retiro, no sin antes darle una última mirada a Lily, para hablar con el maquinista.
—¿Qué ha pasado...?—pregunto Lily, levantándose con ayuda de Draco, pues su cuerpo estaba tembloroso.
—Un dementor casi te succiona el alma.—explicó Draco sosteniéndola por la cintura y pegándola a su pecho.—El profesor llegó a tiempo y lanzó un patronus.
Lily asintió, se sentía débil pero aún comprendía bien los términos. Sabía que los dementores eran criaturas que custodiaban Azkaban y que consumían la alegría de la gente, así como que la única forma de contrarrestarlos era con un patronus.
—Come el chocolate, Lily.—pidió Theo con suavidad cuando la ayudaron a sentarse. —Te hará bien.
No respondió, simplemente recibió el trozo de chocolate en su boca cuando Theo se lo extendió, mientras Draco, a su otro lado, acariciaba suavemente su espalda intentando relajarla.
¿Qué habían sido esos gritos?
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