—¡Expelliarmus!—exclamó Black, empuñando la varita de Weasley.

Las varitas de Theo, Lily y Hermione saltaron de sus manos y Black las recogió. Dio un paso hacia ellos, con los ojos fijos en Lily.

—Pensé que vendrías a ayudar a tu amigo.—dijo con voz ronca.— Tu padre habría hecho lo mismo por mí. Han sido muy valientes por no salir corriendo en busca de un profesor. Muchas gracias. Esto lo hará todo mucho más fácil..

—Primero que nada, —hablo Lily con frialdad.— Weasley no es mi amigo. En segundo lugar, no te atrevas a mencionar a mi padre.

Theo, intuyendo su furia, la tomó del brazo y la colocó detrás de él, colocándose protectoramente frente a Lily, Hermione y Weasley.

—Si quiere matar a Potter, tendrá que matarnos también a nosotros. —dijo Weasley con fiereza.

—Échate. —le dijo a Ron.— o será peor para tu pierna. Solo habrá un asesinato esta noche.

En un movimiento rápido, Lily sujetó por la muñeca la mano libre de Black, desviando la orientación de las varitas. Le soltó un puñetazo en el pómulo, los dos cayeron hacia atrás, contra la pared.

Los demás gritaron, vieron un resplandor cegador cuando las varitas que Black tenía en la mano lanzaron un chorro de chispas que por unos centímetros no dieron a Lily en la cara. Lily sintió retorcerse bajo sus dedos el brazo de Black, pero no lo soltó y golpeó con la otra mano, pero Black aferró con su mano libre el cuello de Lily.

Lily se ahogaba. Entonces vio el pie de Hermione. Black soltó a Lily profiriendo un alarido de dolor. Theo se arrojó sobre la mano con que Black sujetaba la varita y Lily oyó un débil tintineo. Se soltó del nudo de cuerpo y vio su propia varita en el suelo. Se tiró hacia ella, pero Crookshanks se había unido a la lucha, clavándole las zarpas delanteras en el brazo. Lily se lo sacudió encima, pero Crookshanks se dirigió a la varita de Lily.

—¡NO!

Propinó a Crookshanks un puntapié que lo tiro a un lado bufando. Lily recogió la varita y se dio la vuelta. Theo recogió las otras tres varitas, repartiéndolas y colocándose tras ella. Black yacía junto a la pared, mientras veía a Lily apuntarle directamente al corazón.

—¿Vas a matarme, Lily?

—Tu mataste a mis padres.

—No lo niego, pero si supieras toda la historia...tienes que escucharme...Lo lamentaras si no...si no comprendes...

Antes de que pudiera decir nada, Crookshanks saltó sobre el pecho de Black y se quedó allí, sobre su corazón.

—Vete.—ordenó Black, pero Crookshanks le hundió las garras en la túnica.

El gato miro a Lily, Hermione lanzó un sollozó. ¿Tenía que matar también al gato? Entonces, oyeron algo. Unos pasos amortiguados. Alguien caminaba por el piso inferior.

—¡ESTAMOS AQUÍ ARRIBA!—grito Hermione.— ¡SIRIUS BLACK! ¡DENSE PRISA!

La puerta se abrió de golpe entre una lluvia de chispas rojas y Lily se volvió cuando Lupin entró a la habitación como un rayo. Lupin tenía la cara exangüe y la varita levantada. Los miro a los cuatro.

—¡Expelliarmus!—grito Lupin.

La varita de Lily salió volando de su mano. También lo hicieron las de los chicos. Lupin las tomó todas hábilmente y entonces Lupin hablo con voz que temblaba de emoción contenida:

—¿Dónde esta, Sirius?

Lily lo miro impactada. ¿De quien hablaba? Black levantó la mano y señaló a Weasley.

—Pero entonces...¿Porqué no se ha manifestado antes? A menos que...a menos que fuera el quien....a menos que transmutaras...sin decírmelo

Black asintió. Lupin bajó la varita y un instante después se acercó a Black, le tomó la mano, tiró de el para incorporarlo y lo abrazo, como a un hermano.

—¡NO LO PUEDO CREER!—grito Hermione.

Lupin soltó a Black y se volvió hacia ella.

—Hermione...

—¡...Usted y él!

—Tranquilízate, Hermione. ¡Escúchame, pro favor! Puedo explicarlo

—Un profesor amigo de un prófugo.—habló Theo con desprecio.

—Están en un error. No he sido amigo suyo durante doce años, pero ahora sí, déjenme que les explique...

—¡NO! ¡Como si nos fuéramos a fiar de un hombre lobo! ¡Es amigo de Black, lo ayudo a internarse en el colegio y quiere matar a Lily!

Se hizo un vibrante silencio. Lupin parecía tranquilo pero estaba muy pálido.

—Estas acertando mucho menos que de costumbre, Hermione. No es verdad que haya ayudado a Sirius y te aseguro que no quiero matar a Lily...Pero no negare que soy un hombre lobo. ¿Hace cuanto lo sabes?

—Lo sabemos.—corrigió Theo.

—Desde el ensayo que encargo Snape.—añadió Lily con desdén.

—Estará encantado.—dijo Lupin con poco entusiasmo.— Les puso ese trabajo para que alguno de ustedes se percatara de mis síntomas.

—Bueno, nunca he conocido brujas y un mago de su edad tan inteligentes, chicos.

—No lo somos tanto o le hubiéramos dicho a todos la verdad.—replicó Theo.

—Ya lo saben. Al menos el personal docente.

—¿Dumbledore lo contrato sabiendo que usted es un licántropo?—pregunto Weasley con voz ahogada.— ¿Esta loco?

—Hay profesores que opinan que sí. Ahora, no he ayudado a Sirius, si me dejan, les explicare, miren...

Separo las varitas y las lanzó hacia sus respectivos dueños.

—Ya ven.—dijo guardando la suya propia en el cinto.— Ahora ustedes están armados y nosotros no, ¿Quieren escucharme?

—Si no lo ha estado ayudando, —hablo Theo, —¿Cómo sabía que se encontraba aquí.

—Por el mapa. El mapa del merodeador. Estaba en mi despacho examinándolo...

—¿Sabe usarlo?—pregunto Theo con suspicacia.

—Por supuesto.—intervino Lily, sorprendiendo a ambos adultos.— El colaboró en su invención. Es Lunático, ¿no es así? Peeves lo llamó así, tuve mis dudas pero ahora lo confirmo.

—Muy astuta, Lily.—admitió Lupin.—Lo importante es que esta tarde lo estaba examinando, los vi caminar hacia el castillo pero los acompañaba alguien. Creí que el mapa estaba estropeado, ¿Cómo podía estar con ustedes?

—¡No había nadie con nosotros!—exclamo Weasley.

—Entonces luego vi que apareció Sirius y los traía aquí. Ron, ¿Me dejas echarle un vistazo a la rata?

—¿Qué? ¿Qué tiene que ver Scabbers en todo esto?

—Todo. ¿Podría echarle un vistazo, por favor?

Weasley dudó. Metió la mano en la túnica. Scabbers salió agitándose como loca. Lupin se acercó más a Weasley, como examinando a la rata.

—¿Qué? ¿Qué tiene que ver la rata con todo esto?—pregunto Theo.

—No es una rata.—graznó Black.

—¡Claro que es una rata!—replicó Weasley.

—Un animago.—soltó Lily y todos la miraron.— Merlín...me estoy haciendo una novela en la cabeza y no me esta gustando...—Theo la miro y, con temor, ella dijo:— ¿Pettigrew?

—¡Están locos!—grito Weasley

—Lily...si fuera así...los animagos están registrados en el Ministerio y...

—Hermione, no todos hacen las cosas legales.—intervino Theo, comprendiendo el hilo de pensamiento de Lily.

—Mis padres, no, mi padre fue amigo tuyo.—dijo Lily y Lupin asintió.— Supongo que se volvió un animago no registrado junto a Pettigrew y Black, lo que, en conclusión, me lleva a que lo hicieron para acompañarlo en las noches de luna llena. En ese entonces no existía la poción matalobos, que es la que Snape le prepara, ¿cierto?

—Tienes los ojos de tu madre, bueno, en realidad te pareces en todo a ella.—dijo Lupin impresionado.— pero probablemente lo que más heredaste fue su cerebro.

—¿Snape?—dijo Black bruscamente— ¿Qué pinta Snape?

—Esta aquí, Sirius.—dijo Lupin con disgusto.— También da clases. —miró a los chicos.—El profesor Snape era nuestro compañero.— miro a Black.— Ha intentado por todos los medios impedir que me dieran el puesto de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Le ha estado diciendo a Dumbledore durante todo el curso que no soy de fiar. Tiene motivos...Sirius le gastó una broma que casi lo mato, una en la que me vi envuelto.

—Le estuvo bien empleado.—Black se rió con una mueca.— Siempre husmeando, siempre queriendo saber lo que tramábamos...para ver si nos expulsaban.

—Severus estaba muy interesado por averiguar a donde iba yo cada mes. Estábamos en el mismo curso y no nos caíamos bien. En especial, le tenía inquina a James. Creo que era envidia por lo bien que sele daba el quidditch...De todas formas, Snape me había visto atravesar los terrenos del colegio con la señora Pomfrey cierta tarde que me llevaba al sauce para mi transformación. Sirius pensó que sería divertido contarle a Snape que para entrar detrás de mi bastaba con apretar el nudo del árbol con un palo largo. Bueno, Snape, como es lógico, lo hizo. Si hubiera llegado hasta aquí, se habría encontrado con un licántropo completamente transformado. Pero tu padre, que había oído a Sirius, fue tras Snape y lo obligó a volver, arriesgando su propia vida, aunque Sanpe me entrevió al final del túnel. Dumbledore le prohibió contárselo a nadie, pero desde aquel momento supo lo que yo era...

—Pues si mi padre era la mitad de estúpido de lo que parece haber sido Black de joven, no me extraña que Snape los odie, incluso si usted no estaba metido en la broma.

—Exactamente.—admitió una voz fría y burlona.

A espaldas de Lupin, Severus Snape se desprendió de la capa invisible que Lily había dejado tirada quien sabe donde y apuntó a Lupin con la varita. Hermione dio un grito. Black se puso de pie de un salto.

—He encontrado esto al pie del sauce boxeador.—dijo arrojando la capa a Lily.— Muchas gracias, Lily, me ha sido muy útil. Tal vez se pregunten como he sabido que estabas aquí. Acabo de ir a tu despacho, Lupin. Te olvidaste de tomar la poción esta noche, así que te lleve una copa llena. Fue una suerte. En tu mesa había cierto mapa. Me bastó un vistazo para saber todo lo que necesitaba.

—Severus...

—Le he dicho una y otra vez al director que ayudabas a tu viejo amigo Black a entrar en el castillo, Lupin, y aquí esta la prueba.

—Te equivocas, Severus. No lo has oído todo. Sirius no ha venido a matar a Lily.

—Dos mas para Azkaban esta noche. Me encantará saber como se lo toma Dumbledore. Estaba convencido de que eras inofensivo, ¿sabes, Lupin? Un licántropo domesticado...

—Idiota.—dijo Lupin.—¿Vale la pena volver a meter en Azkaban a un hombre inocente por una pelea de colegiales?

Del final de la varita de Snape surgieron unas cuerdas delgadas, semejantes a serpientes, que se enroscaron alrededor de la boca, las muñecas y los tobillos de Lupin. Este perdió el equilibrio y cayó al suelo, incapaz de moverse. Con un rugido de rabia, Black se abalanzó sobre Snape, pero Snape apuntó directamente a sus ojos con la varita.

—Dame un motivo.—susurró.—Dame un motivo para hacerlo y te juro que lo haré.

Black se detuvo en seco. Era imposible decir que rostro irradiaba más odio.

—Profesor Snape, no...no perdería nada oyendo lo que tienen que decir; ¿no cree?

—Señorita Granger; me temo que vas a ser expulsada del colegio. Tu y Weasley se encontraban en un lugar prohibido, en compañía de un asesino escapado y de un licántropo. Theo y Lily son simples victimas. Y ahora, te ruego que, por una vez en tu vida, cierres la boca.

—Pero si...si fuera todo una confusión...

—¡CALLATE, IMBÉCIL!—gritó de repente Snape, descompuesto.— ¡NO HABLES DE LO QUE NO COMPRENDES!

—¡YAAAA!—grito Lily y todos la miraron. Ella se acercó a Weasley y le arrebató la rata.— ¡YA ESTOY HASTA LA PUTA MADRE DE TODO ESTO! ¡VAMOS A DESCUBRIR DE UNA PUTA VEZ LA VERDAD!

Lily apuntó a la rata con su varita y un destello de luz azul y blanca salió de ella. Durante un momento Scabbers se quedó petrificada en el aire, torcida, en posición extraña. Weasley grito. La rata golpeó el suelo al caer. Hubo otro destello cegador y entonces...Fue como ver la película acelerada del crecimiento de un árbol.

Una cabeza broto del suelo. Surgieron las piernas y los brazos. Al cabo de un instante, en el lugar de Scabbers se hallaba un hombre, encogido y retorciéndose las manos. Crookshanks bufaba y gruñía en la cama, con el pelo erizado. Era un hombre muy bajito, apenas un poco más alto que los muchachos. Tenía el pelo ralo y descolorido, con calva en la coronilla. Parecía encogido, como un gordo que hubiera adelgazado rápidamente. Su piel parecía roñosa y le quedaba algo de su anterior condición roedora en lo puntiagudo de la nariz y en los ojos pequeños y húmedos.

—Tenía la esperanza de que fuera mentira.—dijo Lily.

—Yo también.—admitió Theo.

Snape, Weasley y Hermione estaban estupefactos.

—Si...Sirius. Re...Remus...Amigos, queridos amigos...

—Pettigrew.—masculló Snape, con furia en sus ojos.

—Bueno, a Azkaban.—dijo Lily con simpleza y le apunto con la varita.

—Lily, Lily, que parecida eres a tu madre...igual a ella...

—¿COMO TE ATREVES A HABLAR A LILY? ¿COMO TE ATREVES A MIRARLA A LA CARA? ¿COMO TE ATREVES A MENCIONAR A LILY DELANTE DE ELLA?—grito Black.

—Vendiste a Lily y a James a Lord Voldemort.—dijo Lupin. —¿Lo niegas?

—¿Qué otra cosa podía hacer? El Señor de las Tinieblas...No tienes ni idea...Tiene armas que no puedes imaginar...Estaba aterrado. Yo nunca fui tan valiente como ustedes o James. Nunca quise que sucediera...El me obligó.

—¡NO MIENTAS!—bramo Black.—¡LE HABÍAS ESTADO PASANDO INFORMACION DURANTE UN AÑO ANTES DE LA MUERTE DE LILY Y DE JAMES! ¡ERAS SU ESPÍA!

—¡Estaba tomando el poder en todas partes! ¿Qué se ganaba enfrentándose a él?

—¿Qué se ganaba enfrentándose al brujo más malvado de la historia? ¡Solo vidas inocentes, Peter!

—¡No lo comprendes!—gimió Pettigrew— Me habría matado, Sirius.

—¡ENTONCES DEBERÍAS HABER MUERTO! ¡MEJOR MORIR QUE TRAICIONAR A TUS AMIGOS! ¡TODOS HABRÍAMOS PREFERIDO LA MUERTE A TRAICIONARTE A TI!

—Lily...—susurró Pettigrew arrastrándose hacia ella— Lily, James no habría consentido que me mataran...James habría comprendido, Lily...Habría sido clemente conmigo...

—Sí, lo sé.—dijo Lily y los adultos la miraron incrédulos. Pettigrew sonrió aliviado. Lily sonrió de lado.— Pero resulta que yo no soy mis padres y más aparte soy Slytherin. Irás a Azkaban y los dementores te darán, a juzgar por tu apariencia, el único beso en tu vida.

—¡NO!

—¡Petrificus totalus!

Pettigrew cayó al suelo como una roca. Lily suspiro pesadamente, se veía bastante seria. Nadie más dijo nada y salieron de la casa de los gritos con Crookshanks encabezando la fila. Snape levitaba el cuerpo de Pettigrew en silencio, molesto. Lupin, por otra parte, le había puesto una férula a Weasley y lo ayudaba a caminar. Black miraba insistentemente a Lily, quien solo se mantenía pegada al brazo de Theo. El y Hermione los veían preocupados.

—¡Cuidado!—grito Lupin cuando salieron.

Al menos unos mil dementores se acercaban a ellos, dispuestos a darle el beso a Black. Snape y Lupin lanzaron un poderoso Patronus, pero estos aún así continuaron acercándose. No era suficiente.

Lily, en un último arranque de energía, levanto su varita y grito:

—¡EXPECTO PATRONUM!

Una fuerte luz impacto a todos y, si Lily hubiera tenido la energía suficiente para mantenerse despierta y no haberse desmayado en brazos de Theo, hubiera visto el rostro maravillado de todos al ver su patronus de al menos 15 metros.

Un maravilloso dragón.

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