Capítulo 397

-Parece que Farel, con esa cara de hielo, puede decir cosas tan sugestivas, ¿cómo no van a tener una buena relación?– Félix asintió en acuerdo a su lado.

-Lástima que Valerio no vino, su cara agria y celosa habría sido muy interesante de ver.- En su silla de ruedas, Tomeo le echó una mirada y habló con indiferencia.

-Cierra la boca, no eres mucho mejor que él.-

Habia muchos invitados ese día.

Para hacerle honor a Evrie, Tomeo también había traído a sus hijos a la celebración.

A Giselle le gustaba bastante Evrie, y como Evrie era una chica con un gran talento y una buena personalidad, no le importaba que estuvieran juntas.

-Giselle, hablando de eso, ya tienes la edad, si hay alguien que te interese, recuerda decírselo a papá.- La voz de Tomeo se suavizó mucho cuando miraba a su adorable hija.

Por un momento, había visto un destello de anhelo en los ojos de Giselle.

Félix escuchó y siguió la conversación de su padre. -Oh sí, hermanita, ¿tienes a alguien que te guste? Dinos quién te interesa y dejaremos que nuestro padre organice tu boda también.-

Para que Giselle no se sintiera cohibida, añadió:

-Elige con confianza, elige con audacia, con nuestra posición, ¿quién se atrevería a no unirse a nuestra familia?

Giselle bajó las pestañas suavemente.

¿Una persona que le gustara?

De hecho, había una.

La ceremonia de la boda había concluido.

El ambiente estaba lleno de alegría.

Llegó el momento de lanzar el ramo de novia, y muchos jóvenes se acercaron emocionados a participar.

Blanca y Berto, como dama de honor y caballero de honor, eran esenciales en la ocasión.

Cuando Evrie cerró los ojos y lanzó el ramo, Berto lo interceptó con agilidad.

Se escucharon risas y burlas.

-El padrino es un perro soltero, ¿de qué sirve que atrape el ramo? Más bien debería elegir a alguien aquí mismo.-

Berto sonrió perezosamente. -Elegir a alguien, no sería mala idea.-

Jugando con el ramo, sin mirar, lo arrojó al aire.

El ramo describió un arco perfecto en el aire y cayó justo en los brazos de Blanca, quien estaba ocupada con su trabajo

en el teléfono celular.

Blanca miró el delicado ramo en sus brazos y funció el ceño.

-¿Qué estás haciendo?

-¿No lo ves? Está cortejando.-

Alguien bromeó por Berto. -Jovencita, el señor Navarro tiene buen carácter, es guapo y muy popular, que hayas agarrado el ramo es destino, ¿por qué no lo consideras?

Blanca, con una expresión impasible, devolvió el ramo.

-Lo siento, pero no creo en el amor, no estoy interesada en los hombres.-

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Capitulo 397

Berto, con una sonrisa ambigua, tomó el ramo.

-¿No cree en el amor? ¿Cómo sabes que yo me iba a enamorar?–

Blanca se quedó sin palabras.

¿Eso significa tener buen temperamento? Tenía un carácter insoportable y era descarado.

No quería arruinar el ambiente en un día tan feliz para su amiga, así que dijo con una sonrisa: -Claro, claro, soy yo quien se adelantó, pido disculpas a Berto, este ramo te lo devuelvo, yo no merezco tenerlo. Si quieres cortejar, por favor, gira a la izquierda y lanza el ramo hacia tu círculo de admiradores.-

Después de hablar, sacó sus auriculares para ponérselos y continuó con su trabajo en un rincón.

No le dirigió una sola mirada.

-Curioso, la dama de honor resulta ser una adicta al trabajo. Berto, parece que te han rechazado esta vez.- Alguien bromeó a su lado.

Berto se quedó parado en su lugar, con una ligera sonrisa.

-Hermosa y capaz, me gusta.-

-No te emociones. – Farel intervino, -Ven a brindar conmigo.-

Berto se despertó de sus pensamientos y lo miró. -Tienes buena tolerancia al alcohol, ¿no puedes ir tú solo?–

-No, tengo que estar disponible para mi noche de boda.-

Berto se quedó en silencio.

Comprendo, estaba torturando al soltero.

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