Evrie colgó el teléfono y no había pasado mucho, cuando su celular empezó a vibrar otra vez con ese zumbido característico.
Echó un vistazo al nombre en la pantalla y soltó un suspiro de alivio.
Esta vez era Leandro Reyes quien llamaba.
Evrie se calmó un poco y contestó la llamada.
—Evi, me enteré que tienes una fiebre terrible, Farel me llamó tempranito para pedir permiso, ¿cómo estás ahora? ¿Te sientes mejor? —la voz llena de preocupación de Leandro se filtraba a través del auricular.
Evrie respondió al instante—Ya estoy mejorando, mañana mismo vuelvo al trabajo, no te preocupes por mí, maestro.
Leandro se rio al otro lado de la línea—Solo me preocupa saber cómo estás. Si te sientes mal, descansa un par de días más, no hay prisa por volver al trabajo, yo no soy ningún explotador.
Ella sabía bien lo que él quería decir; Leandro siempre había sido una gran persona.
Evrie sonrió levemente y con una suave afirmación—Mmm— dio por entendido el mensaje.
—Es raro, la verdad, Farel normalmente no es tan cercano contigo, ¿cómo se le ocurrió ir a tocar tu puerta anoche? Si no hubiera sido por él, ni quiero pensar lo que te hubiera pasado. —Leandro expresó su leve duda.
Evrie apretó los dedos, respondiendo casi sin pensar—Tal vez… quería pedirme algo prestado.
Después de todo, eran vecinos, era normal tener ese tipo de interacciones.
Aunque en el caso de Farel, no parecía muy normal…copy right hot novel pub
Pero no tenía una razón real para seguir mintiendo.
—Ese hombre, él nunca pide nada prestado. —Leandro bromeó—Dime, Evi, ¿será que se ha fijado en ti?
La pupila de Evrie se contrajo involuntariamente al oír eso.
Apretó más fuerte sus dedos, intentando que su tono sonara normal—¡No! Yo y el Dr. Farel… no somos cercanos, él no se fijaría en mí.
Leandro soltó una carcajada—Solo estaba bromeando, ¿por qué te pones nerviosa?
Evrie contuvo la respiración—Yo… no estoy nerviosa.
—Está bien, ya no te molesto más. —Leandro cambió de tema—Me voy a quedar una semana más aquí, el trabajo en el exterior es algo pesado, necesito estar un poco más de tiempo, tú descansa bien en casa, si hay algún problema me llamas, como hoy, si no hubiera estado Farel, yo ni me entero.
Evrie respondió con cierta vergüenza—No te preocupes, atiende tus asuntos.
Era solo un resfriado leve, no hacía falta hacer tanto alboroto.
Ella incluso empezó a sospechar que Farel lo había hecho a propósito.
Como si quisiera marcar presencia sutilmente frente a Leandro, intentando revelar algo.
Leandro aligeró su tono—Bueno, esta vez está complicado, pero la próxima te llevo conmigo al extranjero, aprovecha para sacar tu pasaporte en estos días, nuestros proyectos en el futuro serán internacionales.
Evrie asintió, una luz de esperanza brilló en sus ojos.
Nunca había salido del país, y Leandro era su gran benefactor.
…
La siguiente semana, Evrie la pasó sin mayores complicaciones.
Quizás fue por la llamada de Leandro que Linda fue enviada al extranjero para ayudar, y Evrie pudo avanzar en el proyecto con sus otros colegas sin problemas.
Farel estaba ocupado con cirugías y no la molestó mucho.
Sin embargo, Berto Navarro se le acercó para charlar de forma casual.
—Señorita Evrie, usted es joven y recién graduada, hay cosas… en las que debe ser más astuta, tenga cuidado de no ser engañada. —Berto le dijo.
Evrie no entendía a qué venía eso—Berto, ¿podrías ser un poco más claro?
Berto le sonrió con misterio—Con dar una pista basta.
—…
Las indirectas y los misterios de Berto eran tan útiles como si no hubiera dicho nada.
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