Capítulo 233
El hombre no suavemente, optando por acanciar su cabello
-Dafne, sabes que no puedo matarte
Lo que más me gusta es tu espintu indomable, esa locura y rebeldia que emanas, esa terquedad que
wita a quebrar tus erte de rodillas suplicapete
A decir esto, su voz se llenó de un placer casi tangible
Viendolo sostener un machón de su cabello, halando profundamente, su expresión de obsesión y
Madre mia Qué bien interpreta a un psicopatal
-Dafne sabes cuándo empecé a enamorarme de ti?
-Desde el primer dia te vi en Plutón, jaja…
-Debes pensar que estoy loco, éramos tan jóvenes, pero no tienes idea de cuánto brillabas entre la
multitud
-Tu nisa iluminaba mi mundo, y cuando llorabas, queria matar a cualquiera que te hiciera daño, y at esos insectos que siempre te rodeaban,,qué molestia!
-¿Crees que Aguila, Cazador Rayo Rojo….merecian vivir?
-¿Fuiste tu?
Dafne captó la insinuación en sus palabras, frunciendo el ceño con ira, -¿Los mataste tú?!
Después de tantos años de convivencia, no podía creer que él fuera tan cruel, capaz de asesinar a los hermanos con quienes compartió tanto.
-¿Por qué?
-Porque se lo merecian!
Roman abrió los ojos de golpe, el brillo venenoso de celos en su mirada era tan perturbador que a Nereal cé le erizó lapel
Por un momento, dejó de actuar.
Porque ese celo en sus ojos era demasiado real, como si, al igual que James, hubiese vivido décadas consumido por la envidia, deseando fervientemente la destrucción del objeto de su odio.
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