Capítulo 405
-¿Te emociona, Roman, Nerea?
Laureano subia las escaleras con los brazos cruzados, luciendo una sonrisa de quien cree haber triunfado con su travesura.
-¡Su sobrinito no es mimado en vano, siempre pensando en ustedes cuando consigue algo bueno!
Nerea, al ver la sonrisilla maliciosa en los ojos de Laureano, lo entendió todo.
Resultó que él había incitado a Neo a hacerlo. Y aunque ella pudiera sentirse emocionada o no, Roman seguro que ya no se atrevería a hacer nada.
Rápidamente, Nerea agarró la chaqueta que acababa de quitarse sobre la mesa de piedra y la lanzó sobre las piernas de Roman, tratando de cubrir lo evidente.
Siguiendo su movimiento, Neo, curioso, le preguntó, Eh? Tio, ¿qué escondes debajo de tu ropa?
-¡Neo!- Nerea lo levantó de un salto, sonriendo forzadamente, -¿El vino? ¡Quiero beber!
-¡Aquí está!
Neo, como si presentara un tesoro, levantó ambas manos. Laureano no podia estar más feliz al ver a Roman bajo las sombras de los árboles, con un rostro mezcla de enojo y deseo.
¡Eso le pasa por preferir a su mujer antes que a sus amigos, ese era su merecido!
-Neo, deberías darle primero el vino a tu tio, parece que necesita apagar fuego, pero… parece que el vino solo aviva las llamas
-¿Verdad, Roman?… ¡Ay, ay, ay!
Su broma fue interrumpida por un grito de dolor, haciendo que Nerea y Neo se estremecieran.
-¡Laurel!
Justo cuando Neo iba a mirar, Nerea le cubrió los ojos. Era mejor ahorrarse esa escena violenta.
-¡Me equivoqué, me equivoqué, Roman, hermano, puedo llamarte hermano, verdad? ¡Suéltame, que me vas a dislocar el brazo!
-Roman, ¿qué estás haciendo? Laurel es nuestro invitado y encima es mayor que tú. ¡Mira cómo lo has tratado!
Elisa llegó para mediar entre los dos, y Roman finalmente soltó a Laureano, quien se llevaba el brazo
n dolor, incrédulo de la fuerza de Roman.
con
-¡Eres un animal, con esa fuerza y ni siquiera te levantaste! ¡Es una humillación para los hombres! Nerea, con lágrimas en los ojos, estuvo de acuerdo. Roman siempre habia sido así de intenso, ni siquiera un hombre grande y fuerte podia contra él, mucho menos ella, tan delicada y frágil.
Vamos a probar la comida y abrir un par de botellas de vino.
Se sentaron todos juntos, disfrutando del hermoso paisaje nocturno junto al lago, brindando y riendo. Nerea, feliz, tomó varios sorbos de vino y justo cuando iba a vaciar su copa, Roman se la quitó. -Ya no bebas más.
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Capitulo 405
¿Por qué no?
Nerea se molestó. Roman, mirando sus labios brillosos por el vino, murmuró en voz baja, solo para que ella pudiera escuchar.
-Te emborrachas fácil, así que no puedes beber mucho.
-¡Tú!- Ella entendió la insinuación, le dio un pellizco, y recuperó su copa, ¡Hermana, Roman no me deja beber!
-Roman, si a Nerea le gusta, déjala tomar un poco. Este vino no es tan fuerte.
Nerea, sintiendose apoyada, lamió orgullosa la copa.
Roman, viendo como sacaba la lengua, pudo imaginar lo suave que sería, y pensó…
-Ella aguanta bien el alcohol.
Ellos no tenian idea de lo peligrosa que era cuando se emborrachaba.
La noche se hizo más profunda, y Neo, cansado de jugar todo el dia, se quedó dormido en los brazos de Elisa, quien lo llevó de vuelta a la villa. Laureano, aprendiendo de lo ocurrido, decidió retirarse con
gracia
-Mejor me voy, no quiero seguir estorbándoles. Les voy a dar privacidad.
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