Capítulo 89

Esa voz clara y melodiosa, como un llamado celestial, golpeó directamente el timpano de él, congelando su imponente figura de casi metro noventa en el acto.

El mundo ruidoso y caótico a su alrededor se calmó poco a poco, quedando en un silencio tan profundo que parecia no tener fin.

Lentamente, se giró.

Al verla emergiendo del lago, con sus cejas fruncidas en confusión, su cabello mojado y desordenado, y su figura encantadora mezclándose con los destellos del agua, como si fuera una sirena de un sueño, los ojos oscuros y vacios de él se fijaron en ella de repente, y sus labios esbozaron una sonrisa

misteriosa.

Por alguna razón, Nerea se sintió un poco asustada por su reacción.

Sus ojos vacíos la miraban como si estuviera viendo algo irreal, y esa sonrisa enigmática en sus labios le recordó a la vez que él sonreia ante su tumba en el cementerio, casi como si no fuera humano, provocando escalofrios.

¿Acaso… pensaba que ella habia muerto? ¿Que ahora era solo una alucinación?

Era comprensible, cualquiera que hubiera visto la explosión de una moto de gran cilindrada hubiera pensado que el piloto habia muerto sin duda. La energia liberada y el calor del momento no eran algo que un ser orgánico común pudiera soportar.

Pero ella había planeado su escape antes de la explosión, conduciendo hacia el lago y saltando al agua en el momento en que chocó contra la barrera, evitando asi el daño de la explosión. Tuvo suerte de no haber terminado en la carretera…

-¡Ah!

Mientras pensaba, en un instante fue fuertemente abrazada por el hombre que, sin que ella lo supiera.. había saltado al lago.

-¡Nea!

-¡Nea, Nea, Nea!

La fuerza con la que la abrazaba era tan intensa, casi como si quisiera fusionarla con su cuerpo, dejando a Nerea luchando por respirar mientras golpeaba su espalda con sus pequeños puños. -¡Cof. cof, Roman, Roman, me estás asfixiando…!

Su débil resistencia rápidamente se detuvo ante el fuerte latido de su corazón y su voz ronca y desgarrada.

¿Por qué su corazón latía tan rápido, tan fuerte?

Además, la llamaba Nea otra vez, igual que en su vida pasada frente a su tumba, con un tono de desesperanza y dolor, temblando como si hubiera perdido lo más importante de su vida, despertando un irrefrenable deseo de consolarlo.

De alguna manera, eso despertó el instinto maternal de Nerea.

-Roman, ¿qué te pasa? Mira, estoy bien, no te preocupes.

Ella le daba palmaditas suaves en su espalda ancha, y al mover sus manos hacia su cabello corto, como si activara algún mecanismo, su voz y movimientos se detuvieron de golpe.

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Capitulo 89

Ella apenas había tocado su cabello cuando él repentinamente la soltó, mirándola fijamente con sus profundos ojos oscuros, como si tratara de asegurarse de que no era una ilusión.

-Roman…

Justo cuando Nerea iba a hablar, un rugido furioso la dejó helada.

-¿Por qué elegiste una forma tan peli

peligrosa?

-¿Por qué elegiste una forma tan peligrosa!

-¿Por qué, por qué…?

Sus pupilas se tiñeron de rojo, pero su rostro estaba pálido, sin rastro de color, sus manos fuertes sobre sus hombros parecían llenas de odio, repitiendo su frenética pregunta, perdiendo toda su elegancia y dignidad habituales.

En ese momento, parecía más un loco.

Nerea quedó petrificada por sus gritos, viéndolo transformarse en una figura casi demoniaca, temiendo que un mal paso pudiera hacer que la desgarrara en su furia.

-Yo… yo…

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