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Ultimas 17
Capitulo 17
La dije todo tan claro que, al final, accedió con mal humor.
Me dijo que solo tenía ojos para el dinero, y no lo negué. Después de todo, aun necesitaba seguir adelante con mi vida, pero ya que había prometido hacerse cargo, mi primer paso era encontrar al responsable de Visión Empresarial.
Para él solo era cuestión de orgullo, y yo estaba dispuesta a tragarme el mío por el proyecto.
Me enteré de que Aarón tenía una cena esa noche, así que me cambié rápidamente y corrí hacia allá.
Cuando me vio entrar al privado, su cara se ensombreció.
“Directora Moreno, ¿no es inapropiado que me persiga hasta aquí? Esto es una reunión privada.”
“Hoy te hice enfadar, así que he venido a disculparme.”
Luego me serví y me la bebí de un trago.
una cerveza con una s
En realidad, no debería beber alcohol, pero sabía que era necesario.
Aarón no era de esos que le hacen la vida imposible a los demás, tenía calculado que no me haría pasar por malos momentos por errores ajenos.
Además, su proyecto no podía esperar.
Como esperaba, al verme así, frunció el ceño.
“Directora Moreno, se ve demasiado delgada, si no se siente bien, mejor
no…”
“Eso sí que no, que tenemos aquí a una belleza que sí sabe beber, ¿por qué la detienes?”
Un hombre corpulento se levantó, mirándome con intenciones poco
amigables.
La verdad es que rara vez participo en esas reuniones sociales, por lo que
આ વસમા સા
pero elar ellers lo mataben, debis ser el jefe de alguna compañía y era obvio Que mede UNE Bonne vellen con Aardd
Lo siente culis soy de las que bebes mucho. Dije mirándolo con algo de
“Aftamás, el presidente Navarrete sabe que acabo de salir del hospital. Sinc tuma porque quiero disculparme, no bebería.”
Mi palabras le dieron a Aaron el respeto que necesitaba, por lo que su expresión se suavizo bastante.
El hombre me miró de arriba abajo, preguntando con el ceño fruncido:
Realmente has adelgazado mucho, ¿fue una enfermedad seria?”
“Me someti a una cirugía, realmente no debería beber. Para disculparme contigo, hoy ni siquiera tomé mi medicina antiinflamatoria.”
“Directora Moreno, entonces no bebas más, mejor hablemos de los asuntos laborales en la empresa.”
Con esas palabras, supe que habia conseguido lo que quería. Solo quería una muestra de mi parte, después de todo, todavía soy la señora Vargas en nombre.
Algunos de los presentes me siguieron insistiendo para que bebiera,
especialmente el corpulento, quien me observaba con una mirada lasciva.
“Señorita Moreno, ¿dice que se operó? Muéstreme la herida y la dejaré en paz, ¿qué le parece?”
Intentó agarrarme mientras hablaba, y tuve que contener el impulso de golpearlo con la botella, retrocediendo un paso.
De repente, la puerta se abrió y Jonathan entró sin expresión alguna, “¿Que parte de mi esposa quieres ver? Vamos, dime.”
Aarón, al verlo molesto, trató de calmar las cosas rápidamente.
“Los chicos bebieron de más, presidente Vargas, no se lo tome a mal.”
“Nos preocupamos por la señora Vargas, ella acaba de salir del hospital,
¿sabe?”
Los demás se sobresaltaron y rápidamente empezaron a disculparse conmigo.
Yo me quedé callada detrás de Jonathan, bajando la mirada mientras él
hablaba con los demás.
Finalmente, él y Aarón brindaron y nos fuimos.
Solo había tomado una copa, pero ya me sentía un poco ebria.
Apoyada en el auto, volví a sentir un dolor en el pecho.
Jonathan se sentó a mi lado en silencio, frío como un témpano, y yo inconscientemente me moví hacia un lado.
Al llegar a casa, prácticamente me arrastró hacia adentro.
En casa, me quité los tacones y me desplomé en el sofá, sintiendo un mareo terrible.
Él parecía haber estado en la puerta un buen rato antes de preguntar: “¿Y el perro?”
En ese momento abrí los ojos para mirarlo, sorprendiéndome de que aún recordara a Domy.
“Lo regalé.”
“Eso es propiedad conyugal, ¿cómo te atreviste a regalarlo?” Preguntó mirándome descontento, pero yo me cubrí los ojos con la mano, no queriendo verlo enfadado.
“Lo salvé vendiendo mi propio collar, tú no tienes nada que ver con eso.”
De repente, agarró el cuello de mi camisa, pero al ver el collar en mi cuello, se calmó.
“¿Estás loco?” Lo empuje y regresé directo a la habitación, sin saber qué locura le había dado.
Después de casarnos, solo durante el primer mes dormimos juntos, después él rara vez volvía, la habitación siempre era solo para mí.
Pero ese día realmente estaba actuando raro, de repente me abrazó por detrás y luego me presionó contra la cama.
Cuando intentó besarme, instintivamente giré la cabeza, pero aun así no m dejó ir, y forzó mi cabeza hacia él.
“¿Qué pasa? ¿Estuviste en el hospital porque te lastimaste? ¿Ni siquiera quieres cumplir con tus deberes de esposa?”
Pasando su mano por mi frente, soltó una risa fría, “Ni una cicatriz tienes, solo sabes cómo ganarte la simpatía de los hombres, ¿verdad?”
Recordaba que la última vez me había lastimado la cabeza, pero lamentablemente no se tomó la molestia de revisar mi historial médico.
“¿No querías que me encargara del proyecto? ¡Estoy limpiando el desastre de tu noviecita!” Dije mirándolo fríamente.
Al mencionar a Miriam, su mirada se volvió feroz, y mordió mis labios con rabia.
Intenté empujarlo con manos y pies, pero no era rival para él.
“¿Te estás resistiendo? Si hoy no hubiera ido a salvarte, quién sabe en la cama de quién estarías revolcándote, ¿ahora te haces la santa? ¡Creo que por dinero eres capaz de hacer cualquier cosa! ¡Eres una cualquiera!”
Me detuve un momento, y luego golpeé su pecho con fuerza.
Pero mi fuerza era tan insignificante que eso apenas le hizo cosquillas. Al final simplemente dejé de golpearlo y lo miré, sonriendo.
“Así es, su señoría, su esposa se ve forzada a limpiar los desastres de su querida amante, ¿acaso usted no puede dormir con cualquiera? ¿Y qué si soy una cualquiera? La vergüenza no es mía.”
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